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Día de la Atención Primaria, unas notas para no reventar

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Hoy he estado en Madrid en el acto de celebración del Día de la Atención Primaria en la sede de la Asociación de la Prensa por invitación del Foro de Médicos de Atención Primaria, en particular por invitación de Josep Basora, Presidente de Semfyc. Gracias a ello he vuelto a ver a viejos amigos, especialmente emotivo abrazar de nuevo a Rafa de Pablo que ha tenido la amabilidad de presentarme en el momento de mi intervención. Para estar en Madrid a las 10:30 he tenido que coger un Alvia que salía de Pamplona a las 6:30 de la mañana. Madrugón infame. A las 18:30 estaba de vuelta en la estación de Pamplona, casi sin tiempo para comer más que un rápido bocata a eso de las 2 de la tarde. Muchas horas de tren, por tanto. Todo ello para poder compartir con los asistentes esta presentación(adjunto resumende la misma). Otros médicos de familia habrán hecho un esfuerzo superior sin duda al mío para que se pudiera celebrar este acto, pero yo he llegado destrozado a casa. Será que uno ya no tiene edad para estas cosas.


Después de haber podido encontrarme con viejos amigos, lo segundo más satisfactorio del día ha sido percibir las buenas vibraciones que parecen presidir las relaciones entre las tres sociedades de médicos de familia. Ya estáis tardando queridos presis en formar esa única gran sociedad de médicos de familia de atención primaria de España… que se nos pasa el arroz.


Lo peor, lo pésimo, el desprecio ministerial. El acto inaugural iba a ser presidido por el Ministro Alonso, según el propio Ministerio confirmaba a final de la semana pasada. Así constaba en el programay así se difundió en prensa especializada el viernes 10. Sin embargo, al final el señor Alonso no ha venido por problemas de agenda como se suele decir en estos casos. Impresentable. Comparto de la primera a la última palabra lo dicho al respecto por José Luis Llisterri, Presidente de Semergen, en la rueda de prensa de esta misma mañana. Si no lo dice revienta, igual que reviento yo si no lo pongo en el blog.  



La Atención Primaria en 2015, a los diez años de describirla

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Hace 10 años, en la primavera de 2005, Juan Gérvas y yo escribimos un artículo titulado "2015, el día a día de un médico de cabecera". Intentábamos imaginar en él una atención primaria de futuro. Entonces nos pareció que 10 años eran suficientes para que muchas de las cosas que en el texto describíamos con minuciosidad de orfebre pudieran ocurrir. El artículo se mandó en mayo de ese año a la revista Atención Primaria y fue rechazado sin esgrimir motivo alguno. Conservo la carta de presentación que enviamos a la revista de la que destaco el siguiente párrafo:
 

En un ejercicio de imaginación razonable (incluso sostenible en bibliografía), nos permitimos aventurar, de modo casi literario, el día a día de un médico de familia español en 2015. Quizá para entonces, muchos de los actuales problemas de nuestra atención primaria se hayan resuelto como sería nuestro deseo. Si así fuera, quizá este relato no estaría demasiado lejos de la realidad de entonces. En cambio, si estos problemas no se resuelven, al menos quedará esta “medicinadecabeceradeficción” como muestra de lo que pudo haber sido y no fue.

Tras el rechazo de Atención Primaria, remitimos el artículo sin alteración alguna a la revista SEMERGEN que lo aceptó sin cambiar una coma. Por tanto, el artículo se publicó en SEMERGEN tal y como se envió a la revista Atención Primaria unos meses antes. Salió publicado en noviembre de 2005 en el nº 10, vol. 31, de dicha revistaque por entonces dirigía José A. Martínez Pérez a quien agradecímos y seguimos agradeciendo su publicación.

Ahora se cumplen 10 años desde que se escribió el artículo y hace pocos días celebrábamos el Día de la Atención Primaria en España. El Día de la Atención Primaria de... 2015, el día a día de un médico de cabecera. Las coincidencias de la vida hacen que los 10 años del artículo coincidan prácticamente con el Día de la Atención Primaria precisamente del año 2015 en el que podrían estar ocurriendo algunas de las cosas que describimos diez años antes pero que no han ocurrido, ni siquiera las más elementales como señala Sergio Minué en Diálogos EASP: La Atención Primaria en la encrucijada (minuto 37:28).

Me he permitido pedirle a Juan Gérvas que me mandara una nota para añadirla a esta entrada y esto es lo que me ha enviado:




LA ATENCIÓN PRIMARIA EN 2015,
DIEZ AÑOS DESPUÉS DE DESCRIBIRLA

El humano es optimista por naturaleza, y eso le ha hecho conquistar el mundo. Los pesimistas son necesarios pero cuando se convierten en mayoritarios llevan a la sociedad al suicidio. Muchas grandes civilizaciones han desaparecido y el componente final es la ausencia de proyectos, la falta de creencia en sus posibilidades y el agotamiento de modelos que no se renuevan. Situación similar vive la Atención Primaria en España en 2015.

En cierto sentido, la reforma de la Atención Primaria de 1984 en España nació como un aborto, como el resultado de un proceso que se creía fundacional y milagroso. El olvido de la historia se paga caro y en aquellos años se menospreció todo lo previo, desde Las Partidas de Alfonso X El Sabio con su "físico" del siglo XIII al movimiento cooperativo de los médicos en el siglo XX. Se quiso un nacimiento perfecto, pero el aborto era inviable por más que se negase lo evidente, su falta de fundamento científico, profesional y social.

El modelo se pretendió único y uniforme, inmutable, rígido y soviético en el sentido de organización vertical militar y doctrinaria, un modelo "perfecto" y para siempre, con normas y protocolos de obligado cumplimiento y la prevención como fundamento continuo, sagrado e inviolable. Se renunció a los niños de forma que los pediatras se transformaron en médicos de cabecera de la población hasta los 14 años (anteriormente el límite de edad era de 7 años). El centro de salud y la plantilla vista como equipo se convirtieron en ídolos que se debían adorar tal cual, sin la menor crítica. El trabajo de enfermería se diseñó para independizarlo del trabajo médico, en contra de las necesidades de los pacientes y su análisis y propuesta de mejora se consideraron anatemas. Los ordenadores se implantaron para resolver las necesidades burocráticas de los gestores, sin respeto a la dignidad ni de médicos ni de pacientes. Los gestores fueron comisarios políticos desde el inicio de la reforma, y lo siguen siendo sin más, con preparación profesional escasa o nula, pero con la obediencia debida a los políticos de turno. El hospital siguió siendo el centro del sistema y las urgencias hospitalarias la verdadera puerta de entrada al mismo. La "cartera de servicios" se transformó en una retahíla de programas y algoritmos que expropian al paciente de su salud e introducen la visión vertical que "despieza" al paciente pues ni se ofrece accesibilidad, ni polivalencia, ni longitudinalidad ni capacidad de coordinación y toda innovación surge de los especialistas y de sus sociedades sometidas a los intereses industriales que las financian. 

Toda propuesta alternativa se consideró herética, en un contexto ideológico cristianista-marxista. Como era esperable, la Atención Primaria reformada se fue degradando y es evidente su desprofesionalización ("esto no es mío"), el complejo de inferioridad ("elegí Familia porque no tuve puntos para Pediatría, que es lo que quería hacer") y su falta de liderazgo (se buscan en el extranjero, como bien refleja la entrevista a Iona Heath en el Congreso de Semfyc de 2013 en Granada).

El comienzo del siglo XXI trajo aires de renovación y la Plataforma 10 Minutos agrupó a muchos que creíamos que el cambio era posible. Buena expresión de ese optimismo con fe de carbonero fue el texto que elaboramos Juan Simó y el firmante. Su lectura produce ternura, por la inocencia de los autores al creer que en 2015 se podría haber logrado un verdadero cambio y reforma de la Atención Primaria. Lo que se promueve en esa visión de 2015 es, entre otras muchas cosas:
  • la autonomía de los médicos (y de las enfermeras, técnicos y auxiliares) con la asignación de presupuestos basados en las necesidades de los pacientes y en las capacidades de los profesionales
  • la dignidad de pacientes y de médicos, que se respetan como seres humanos no como piezas de una institución militarizada
  • la asignación al médico de cabecera de toda la población, niños inclusive, y de toda situación, urgencias en general y problemas laborales en particular
  • la transformación de los especialistas en consultores para la prestación de una atención episódica y puntual, sometida al mejor juicio del médico de cabecera, quien conoce al paciente y su familia
  • el uso prudente de las tecnologías de la información, como ayuda clínica en la decisión con acceso completo a los propios datos por médicos y pacientes
  • la supresión de la burocracia innecesaria
  • la implantación de equipos funcionales, con enorme capacidad de coordinación
  • el trabajo del gestor como profesional independiente que apoya al clínico

Todo ello hubiera sido, y es, posible, pero ni los partidos políticos ni los propios profesionales tienen el menor interés en el cambio. El PSOE se mantiene en un modelo que considera ideal y ajustado a su ideología trasnochada (de ordeno y mando) y el PP conserva un modelo que expulsa hacia la privada a quienes pueden pagárselo y que promueve una suerte de sistema de beneficencia para desempleados, pobres y pensionistas.

Los profesionales se gozan en el fango de la cultura de la queja y de la falta de compromiso clínico y los que han logrado la plaza en propiedad se consideran inmunes y "superiores". Las sociedades profesionales de Primaria se adoran a sí mismas e ignoran la crudeza de las situaciones reales, como los excesos de una medicina sin límites, los contratos a eventuales y el daño a los jóvenes médicos (en general mujeres, por ello doblemente ignoradas).

Seguimos creyendo que hay alternativas, que otros mundos son posibles. La innovación lleva a la mejora, pero es imposible si no se imaginan esos otros mundos. Precisamos de utopías con fundamento científico, profesional y social, y llenas de optimismo. En realidad, conviene un pesimismo ligeramente optimista, que diría Miguel de Unamuno. En este sentido, sirva de actualización del texto publicado en 2005 el de la "Renovación de la Atención Primaria desde la consulta", con Josep Casajuana, de 2012.

El fracaso de la Atención Primaria en España tiene todavía solución, con propuestas del estilo de las tratadas en este comentario y en los enlaces que se incluyen. Si no se supera el fracaso, el daño será triple:
  1. a los pacientes y la sociedad ya que hay menos salud de poblaciones e individuos cuando la Atención Primaria es débil o inexistente,
  2. a los políticos y sus partidos pues su crédito pasará de nulo a negativo en el campo de la salud, incluso cuando se precise imperativamente en las crisis sanitarias, y
  3. a los profesionales y sus organizaciones científicas, colegiales y sindicales, ya que el buen funcionamiento del sistema sanitario precisa de una Atención Primaria fuerte que retenga a los mejores profesionales con un compromiso científico y ético con sus pacientes y con la sociedad.
Juan Gérvas






  

Ser médico de familia en el Reino Unido. Sin miedo a la libertad. La organización del centro de salud.

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Why is it that freedom is for many a cherished goal
and for others a threat?

Eric Fromm,
The Fear of Freedom

Entre la extrema rigidez funcionarial española y la total libertad del extintofundholding británico de los 90, existen diversos grados de autonomía profesional por los que ha pasado y está pasando el NHS. Me centraré en el nivel relativamente más básico de autonomía que me tocó vivir al comienzo del milenio, y esbozaré los cambios más recientes que han acrecentado más aún la responsabilidad gestora de los médicos de familia británicos.



Personal del centro de salud

Decía en anteriores entradas que toda la atención primaria está “concertada” a médicos de familia autónomos que habitualmente se reúnen en pequeñas sociedades (partnerships). Estos médicos de familia asociados en una GP partnership son los responsables de crear y gestionar el centro de salud. Son los GP partners o “socios”, que tradicionalmente constituyen la mayoría de médicos de familia en el Reino Unido. Los que trabajan en un centro de salud británico son, básicamente, estos socios (habitualmente entre 3 y 6) y el staff que estos contraten para formar su equipo: otros médicos (asalariados), enfermeras, administrativos, etc.


Médicos

Existen 3 tipos laborales de médico de familia: socio, asalariado y suplente.

Cuando un centro precisa un nuevo médico, los socios anuncian la vacante en revistas médicas (como el BMJ), envían información sobre el centro y el puesto a quien la solicite, y eligen a varios candidatos para entrevistar en función de los CVs enviados.

Merece la pena comentar que todo CV se acompaña de una Cover Letter, en la que el candidato expresa su motivación e intereses. Esto nos dice algo importante: no sólo lo “objetivo” importa: lo “subjetivo” también. Y mucho.

Como socios, a lo hora de elegir un nuevo médico (sea socio o asalariado), analizamos su CV, pero también queremos saber cómo es ese profesional, cómo es esa persona, si sus valores coinciden con los del equipo, si se integrará bien y nos ayudará a caminar hacia nuestras metas. Podemos decidir, por ejemplo, puntuar más el trato humano (respecto a compañeros y pacientes) que una tesis doctoral.

Los médicos asalariados, si llevan tiempo integrados en el equipo, pueden, si lo desean, colaborar en tareas gestoras según acuerden con los socios, aunque habitualmente no tienen este tipo de responsabilidades.

Cuando se precisa cubrir permisos o bajas de médicos, los socios recurren a los suplentes o locums, ya sea directamente a conocidos o a través de agencias especializadas en esto.

Una diferencia fundamental respecto de la atención primaria española es que en la británica no hay especialistas de pediatría en los centros de salud: el médico de familia ve a toda la familia, es decir a todos los pacientes de todas las edades. Ofrece atención from craddle to grave: de la cuna a la tumba.


Enfermeras

Existen distintos tipos de enfermeras: la contratada por los socios para trabajar en el centro de salud es la practice nurse. Esta pasa consulta en el centro y, por lo general, no hace visitas a domicilio. Esto es así porque existe otro tipo de enfermera de larga tradición histórica llamada district nurse que es la que presta atención primaria domiciliaria y tiene especial formación en curas y sondajes. Estas enfermeras están empleadas por trusts del NHS. Algo similar ocurre con las enfermeras de atención primaria pediátrica, las health visitors que realizan fundamentalmente control de niño sano y promoción de la salud en menores de 5 años con especial atención al entorno (vivienda, posibles problemas familiares o sociales, etc.). Combinan trabajo de consulta con visitas a domicilio.

Dentro de las practice nurses existe un amplio espectro de formación y responsabilidades. Según vaya desarrollándose profesionalmente, ambas cosas van creciendo y reflejándose en su remuneración. Algunas enfermeras están formadas como triage nurse y son empleadas como tales por algunos centros, de manera que los pacientes son filtrados por ellas antes de pedir cita con el médico. Otras tienen el máximo nivel formativo y pasan consulta de forma muy similar a los médicos: son las nurse practitioners, que diagnostican y prescriben dentro de las limitaciones reguladas, derivando o consultando al médico cuando el caso excede su dominio.


Administrativos

También existe amplio espectro entre los administrativos contratados. El más importante de ellos es el practice manager o gerente del centro, responsable de la organización, administración y gestión de personal. Asiste también a los socios en sus tareas gestoras.

La siguiente en importancia es la secretaria del centro (practice secretary). Tradicionalmente mecanografiaba las cartas de derivación que los médicos le dictaban (vía dictáfono) pero desde hace pocos años esto ya es menos necesario por ser las derivaciones online. Actualmente realiza otras funciones de secretaría habitualmente delegadas por el practice manager.

Otros administrativos fundamentales son las recepcionistas. Son la primera interfaz con los pacientes, tanto presencialmente como por teléfono, por lo cual su preparación y modo de actuar son tomados muy en serio por los socios y el practice manager. Si se percibiera que una recepcionista no ha sido respetuosa con los pacientes, por ejemplo, se le llamaría al orden y advertiría de la posibilidad de expediente disciplinario y en última instancia, despido. Por el contrario, si una recepcionista fuera particularmente competente, se le podría nombrar jefe de equipo de recepción, o encomendar otro tipo de tareas más elaboradas.

En el equipo administrativo caben más tipos de puestos o funciones, en realidad cualquiera que los socios decidan. Es frecuente contar con un data manager para gestionar datos clínicos (traspasos papel-electrónico, codificación para cumplimiento de incentivos, etc.). Algunos centros cuentan con un informático, o con un administrador o ayudante de practice manager, etc.    



Flexibilidad y funciones

Todos los trabajadores de todos los estamentos pueden elegir trabajar a tiempo total o parcial en diversos grados muy flexibles, y las funciones y condiciones del personal contratado son las que se acuerden con los socios.

Las enfermeras pueden realizar algunas funciones que en España sólo realizan los médicos, y no me refiero únicamente a las “super-enfermeras” o nurse practitioners que ya he mencionado. Las practice nurses, que son las “normalitas” del centro de salud, toman exudados vaginales y citologías cervicales, y muchas hacen también planificación familiar, consejo antitabáquico, consejo y vacunas de viajes, etc., además de los controles habituales de crónicos.

En el lado menos positivo de la organización de enfermería colocaría el hecho de que la district nurse no esté integrada en el centro de salud, requiriéndose una derivación para cualquier paciente que precise atención de enfermería a domicilio. Sería más práctico que las figuras de la district nurse y la practice nurse se fusionaran en una, como ocurre en España.

Los administrativos también realizan algunas funciones que en España suelen recaer sobre los médicos, y prestan una ayuda a los clínicos que en nuestro país estos no reciben. Por ejemplo, es proverbial el esfuerzo de filtro que realizan las recepcionistas para evitar que llegue al médico un paciente, una llamada o una preocupación más de la necesaria. Si algo puede ser resuelto por ellas mismas u otro miembro del equipo, o postergado de forma razonable, lo intentarán. Los administrativos imprimen las recetas de repetición, dando al médico para firmar las que han comprobado que están en regla según el sistema informático, y entregándole además otra “pila” con las solicitudes que se salen de lo preestablecido, para consideración del médico (por ejemplo, continuación de un analgésico, etc.). Antes de salir para una visita a domicilio, la recepcionista prepara para el médico un resumen impreso de la historia para que la pueda llevar consigo. Y en el largo etcétera de ejemplos de apoyo de las recepcionistas se incluye, por supuesto, la repetida oferta de té y galletas!

El practice manager y/o la secretaria realizan algunas funciones que en España suelen recaer sobre los directores de equipo, como los cuadrantes de consultas, guardias y vacaciones. En general se procura descargar todo el trabajo posible a estamentos no médicos para que los médicos puedan realizar mejor su función. Esta idea de procurar que el médico solo haga lo que solo el médico puede hacer la tienen más clara los miembros del equipo de AP en el Reino Unido que en España.

El hecho de que los médicos socios elijan a los miembros de su equipo, y al ir conociendo su potencial puedan ir modelando su rol, dando más responsabilidades a los más competentes, hace que todo funcione de forma más armónica y con más sentido. Con libertad de movimiento, la posibilidad de avanzar es mucho más real. Esto hace que el trabajo no sólo sea más efectivo sino mucho más gratificante.


Autonomía de gestión

Sección aparte merecen las funciones de los socios.

Por una parte tienen su tarea y responsabilidad clínica directa sobre los pacientes que ven, como todos los médicos.

Pero también tienen una responsabilidad indirecta sobre la actuación de todo el personal que contraten. Es decir, cualquier reclamación de un paciente, por ejemplo, afecta a toda la partnership aunque el paciente en cuestión no haya sido visto nunca por un partner. En general, los socios son responsables de todo lo que ocurra en el centro o a pacientes atendidos por personal del centro.

Por otra parte tienen tareas y responsabilidades de gestión, para las cuales cuentan con la valiosa asistencia del practice manager. Aunque la intendencia diaria la lleva el practice manager, las decisiones importantes las toman los socios, habitualmente en reuniones mensuales de gestión en las que participa el practice manager.

Las tareas básicas de gestión incluyen selección de personal, compras, cambios organizativos, resolución de conflictos, estrategias de mejora, revisión de cuentas, aceptación o no de otras tareas (docencia, programas especiales,…), etc.

Para mantener el funcionamiento del centro los socios reciben del NHS unas partidas de presupuesto que explicaré con algo más de detalle en la próxima entrega. Entre esas partidas figura una destinada a instalaciones, que los socios pueden usar para alquilar o comprar a terceros el local o edificio donde reside el centro de salud. Una vez recibidas las partidas y pagados los gastos, lo que queda es el beneficio o remuneración de los socios, que varía de un año a otro. En un próximo artículo sobre remuneraciones profundizaré sobre esto.

Desde 2013 se ha añadido una dimensión importante a la gestión que realizan los GPs. Son ahora los encargados de comprar todos los demás servicios sanitarios para los pacientes, es decir, la atención de segundo nivel. Esta tarea se denomina Practice Based Commissioning (compra desde el centro de salud). Como comenté en una entrega previa, esto no lo hace cada centro de forma aislada sino en agrupaciones llamadas Clinical Commissioning Groups (CCG) con una estructura gestora compartida. Habitualmente el practice manager y un socio representante acuden regularmente a reuniones del CCG para tomar decisiones de compra de servicios.

La responsabilidad gestora, por tanto, ha aumentado considerablemente, a la par que el potencial para influir en el tipo y la calidad de la atención sanitaria prestada a la población.

Es un reto que no es fácil de asumir, y actualmente los GPs están viviendo una transición tras la cual sabremos si han podido hacerlo con éxito.

Sin duda se puede discutir cuál es el grado de autonomía de gestión idóneo que se debe dar a los médicos de familia, y el grado de influencia que sus decisiones deben tener sobre su remuneración u otros incentivos, pero lo cierto es que nadie está mejor situado que ellos para saber qué atención necesita su población y cómo procurársela, y nadie como los médicos de familia ofrece la garantía de quien empeña su prestigio y su carrera en ello.

Autonomía de gestión es libertad para contratar, libertad para organizar, libertad para comprar. La libertad tiene sus riesgos, pero su ausencia nos incapacita. La libertad tiene un precio, pero también una recompensa. Quizás acercándonos a ella cada vez más, poco a poco, como el Principito y el zorro, acabemos perdiéndole el miedo y llegando a no entender cómo pudimos vivir sin ella.

Hasta pronto,

Isabel García Gimeno

isabel@spandoc.com




Para saber más: Preguntas y Respuestas

¿El practice manager ha de tener algún perfil determinado, alguna formación determinada? ¿Qué tipo de profesional buscan los socios para el cargo de practice manager?
El practice manager (PM) es el brazo gestor de los socios. Su perfil dependerá del perfil del centro y su partnership: dependerá del tamaño, estilo de gestión y nivel de actividad del centro. No requiere un perfil o una formación determinados, aunque existen multitud de cursos para ellos. Oscila desde un perfil meramente administrativo en un centro pequeño poco ambicioso, hasta uno más económico-empresarial en centros grandes implicados en muchos proyectos. Más información aquí: http://www.nhscareers.nhs.uk/explore-by-career/management/careers-in-management/practice-management/.

¿Quién lleva directamente las cuentas del centro? ¿Directamente los socios? ¿Contratan estos a alguien específico que se encargue de ello? ¿Se encarga de ello en practice manager? ¿Cómo se hace el control del dinero?
La organización interna o gestión cotidiana del dinero (nóminas, facturas, gestiones bancarias, etc.) las suele hacer el practice manager, requiriendo siempre consulta con los socios para decisiones de cierta entidadAdemás,todos los centros emplean los servicios externos de un contable, que es quien presenta cada año las cuentas al Registro Mercantil y a Hacienda. El contable suele reunirse cada año con los socios y el PM para comentar los resultados con los debidos desgloses, y puede dar también consejo fiscal. En esta reunión es cuando se sabe cuánto beneficio se ha obtenido y cuánto toca a cada socio y cuánto a Hacienda.

Respecto de las enfermeras. ¿Tienen cupo asignado? ¿Comparten cupo con el médico? Si no es así,… según tu experiencia… ¿piensas que deberían tener cupo asignado? ¿piensas que deberían compartir cupo con un médico?
Ni las enfermeras ni los médicos tienen cupo asignado, como comenté en la entrada sobre La Consulta: ven a todos los pacientes que pidan cita con ellas, que puede ser cualquiera del centro. En mi opinión tanto enfermeras como médicos deberían tener su cupo de pacientes propios, aunque quizá con más flexibilidad que en España.

¿Las enfermeras pueden ser socios miembros de la partnership al mismo nivel de responsabilidad y capacidad de decisión que un GP socio?
Sí, aunque es muy poco frecuente. En mi centro una de las socias era la nurse practitioner, pues tenía muy buenas dotes de gestión, además de ser una clínica excelente. También muy poco frecuente es que sea socio el practice manager, aunque se dan algunos casos cuando éste es de muy alto perfil y contribuye de forma muy notoria a la prosperidad del centro.

La relación médico/enfermera en un centro de salud… ¿suele tender a 1 como en España?, ¿Suelen haber más médicos que enfermeras?  ¿Más enfermeras que médicos?
Hasta donde yo he visto la relación es superior a 1, aproximadamente la mitad de enfermeras que de médicos. En buena parte por problemas de reclutamiento: si pudieran contratar más practice nurses, la labor de los médicos se vería aún más facilitada. En mi opinión, la relación debería ser de 1 o inferior. Sin embargo, el número de administrativos sí suele ser superior al de médicos, lo cual suele contribuir muy positivamente a la eficiencia de la atención clínica, pues esa es la orientación de sus funciones como he comentado antes.



Enfermedades raras: atención primaria también existe

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Desde 1999 la Unión Europea da el nombre de enfermedades raras a unas nueve mil patologías de baja prevalencia (inferior a 5/10.000), crónicas, con elevada morbilidad, mortalidad precoz y origen genético en más del 80% de los casos, caracterizadas por la falta de investigación y desarrollo de terapias farmacológicas y, sobre todo, por una mala calidad de vida y falta de atención adecuada a las familias y los pacientes. Lo habitual es que todo lo relacionado con estas patologías dependa de la Atención Especializada y que ni la bibliografía médica ni los medios de información general mencionen a la Atención Primaria.



Sin embargo, nuestro contacto con las enfermedades raras es tan cotidiano que pasa desapercibido, como se demuestra en los talleres que el Grupo de Trabajo SEMFYC Genética Clínica y Enfermedades Raras desarrolla desde hace años en varias Comunidades Autónomas. Pero, además de esta imprescindible labor pedagógica, ¿podemos desde los centros de salud hacer algo por mejorar la asistencia de estas estas patologías minoritarias? En algunas de ellas, sorprendentemente, la respuesta es afirmativa.

Las enfermedades raras neuromusculares engloban trastornos de la motoneurona, del nervio periférico, la unión neuromuscular y el músculo. Hasta la fecha se han descrito más de un centenar de entidades clínicas. La mayoría son genéticas, progresivas y generan pérdida de fuerza, pero pueden tener asociados problemas sensitivos y/o del sistema nervioso central. Comparten unos rasgos comunes, de forma que un adecuado seguimiento y abordaje temprano de su comorbilidad (retracciones musculares y deformaciones ortopédicas, insuficiencia respiratoria, cardiopatías, dificultades de deglución y digestivas, dolor crónico, alteraciones inmunitarias...) pueden modificar la calidad de vida y la supervivencia de estos pacientes.

Todos hemos oído hablar de la devastadora esclerosis lateral amiotrófica o de la no menos terrible distrofia muscular de Duchenne. Sin embargo, la distrofia miotónica tipo 1 ó enfermedad de Steinert, la miopatía más frecuente en el adulto, es casi desconocida. Su prevalencia a nivel mundial se estima entre 3 y 15 casos por cada 100.000 habitantes, salvo en determinados lugares como Guipúzcoa, donde llega 40/100.000 y cierta región de Canadá, en que alcanza los 189/100.000. Es un trastorno genético autosómico dominante, cuyas manifestaciones características consisten en una pérdida progresiva de fuerza muscular más distal que proximal, ptosis palpebral, debilidad de los músculos faciales, de la mandíbula y parte anterior del cuello, miotonía, somnolencia diurna, cansancio y cataratas precoces.




La enfermedad de Steinert tiende a manifestarse de forma más grave en la descendencia, lo que se denomina anticipación generacional, especialmente si se hereda por vía materna. Sin tratamiento adecuado, las neumonías y arritmias cardíacas reducen la esperanza de vida de los afectados entre 15 y 20 años.

El contacto diario con la enfermedad y el estudio constante de la bibliografía especializada permiten constatar que, por un complejo cúmulo de razones, la enfermedad de Steinert ha venido recibiendo una atención médica deficiente y fragmentaria, por debajo de las posibilidades que hoy ofrece la Medicina. Aunque es cierto que hasta la fecha no se ha demostrado que exista intervención terapéutica alguna que modifique su evolución, también lo es que la inacción del médico puede tener funestas consecuencias para los pacientes.

El tradicional desconocimiento de la enfermedad, junto con la descoordinación tanto entre especialidades como entre niveles asistenciales, han hecho imposible hasta ahora realizar un seguimiento de la enfermedad basado en la prevención y vigilancia de las complicaciones tratables. Sin salir de los centros de salud, los médicos de familia podríamos desempeñar un papel decisivo en esta tarea sin necesidad de adquirir conocimientos específicos ajenos a nuestra capacitación profesional. El primer paso ya está dado, como os contaremos en la próxima jornada sobre Enfermedades neuromusculares en Atención Primaria

Alfredo Rosado Bartolomé
Médico de Familia
Centro de Salud Mar Báltico (Madrid)


Gasto farmacéutico por activo y por pensionista en Muface y SNS: sorpresa y sospecha

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Hace pocas semanas cuestionaba la ejemplaridad de la prestación en farmacia de receta del mutualismo mediante la evolución comparada durante los últimos años de algunos indicadores. Ahora, al desglosar el gasto farmacéutico por persona según tipo de usuario (activo, pensionista), es cuando aparecen las sorpresas y las sospechas.


Procedencia de los datos
Los datos de gasto en farmacia de receta por persona protegida, por activo y por pensionista de Muface proceden de sus Memorias, la última (2013) se puede consulta aquí. MUGEJU e ISFAS no ofrecen datos desagregados por tipo de beneficiario (pensionista y activo) en sus memorias. Los datos referidos al SNS proceden de los informes anuales que el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF) publica acerca del gasto en farmacia de receta en el SNS en su revista Panorama Actual del Medicamento. Como ejemplo, se puede consultar aquí el informe del último año disponible (2013). 

Cuando hablo de gasto en farmacia de receta me refiero a la facturación a PVP una vez se le resta la contribución del usuario (el porcentaje efectivo de copago). En realidad, para averiguar el gasto en farmacia de receta a cargo del SNS o de Muface no es suficiente con restar la contribución del usuario mediante el copago. Además hay que restar la contribución (deducciones o descuentos a la factura) que hacen farmacias, distribuidores e industria. Estas deducciones afectan a la prescripción en receta del SNS y a la hecha en receta mutualista. Estas deducciones están reguladas legalmente, en especial por los decretos (RDL 4/2010, RDL 8/2010, RDL 9/2011 y RDL 16/2012) que más han influido en la reducción del gasto en farmacia de receta de los últimos años. El montante de las deducciones de farmacias, distribuidores e industria en el ámbito de la prescripción en receta del SNS son conocidas porque las publica el CGCOF en sus informes anuales. Los informes del CGCOF ofrecen el gasto por persona, por activo y por pensionista; es decir, una vez descontadas las contribuciones de usuarios, farmacias, distribuidores e industria. La siguiente figura procede del informe mencionado anteriormente del año 2013 en donde figuran dichas contribuciones en términos porcentuales respecto de la factura en PVP desde 1995 hasta 2013.



Sin embargo, las Memorias de Muface únicamente ofrecen de forma directa el importe por persona, por pensionista y por activo a PVP, sin restar las contribuciones de usuarios (porcentaje efectivo de copago), farmacias, distribuidores e industria. De todas estas contribuciones, únicamente proporcionan el dato de la contribución del usuario: porcentaje efectivo de copago global, en activos y en pensionistas. Como ejemplo de la información que al respecto proporciona Muface en sus Memorias, esta tabla procedente de la Memoria de Muface de 2013. 


Para la estimación de los porcentajes de deducción o descuentos de farmacias, distribuidores e industria en Muface he aplicado los mismos que el CGCOF publica para la prescripción en receta del SNS pues la legislación que las regula es la misma para ambos ámbitos. El gasto por persona, pensionista y activo en Muface lo he calculado restando al importe a PVP el porcentaje efectivo de copago correspondiente y los porcentajes de descuentos de farmacias, distribuidores e industria. Así, por ejemplo, para el año 2013 el gasto por persona global, activo y pensionista en Muface lo calculo así:


Periodo estudiado
Los datos se refieren al periodo 2007-2013.


Los datos
Los datos y cálculos pueden consultarse en esta hoja Excel que pongo a disposición de los lectores.




Evolución del gasto por activo




Evolución del gasto por pensionista




Evolución del gasto por persona




Comentarios
Lo primero que llama la atención es el muy superior gasto en farmacia de receta por activo que presenta Muface respecto del gasto por activo del SNS. Por el contrario, el gasto por pensionista en Muface es muy inferior al gasto por pensionista en el SNS, aunque la diferencia se ha ido reduciendo en los últimos años, lo que ha contribuido a que el gasto por persona protegida en el SNS haya reducido mucho su diferencia con Muface en los últimos años.

Estos resultados plantean 2 cuestiones de extraordinario interés:

1.- ¿Por qué el gasto por activo es muy superior en Muface que en el SNS? ¿Únicamente por el mayor porcentaje de copago que hace el activo del SNS (40-50-60% sin tope) vs. el activo de Muface (30% sin tope)?


2.-¿Por qué el gasto por pensionista es muy superior en el SNS que en Muface? ¿Únicamente por la ausencia de copago en el pensionista del SNS (hasta julio de 2012) o el menor copago del pensionista del SNS desde julio de 2012 (en su inmensa mayoría un 10% con tope) vs. el pensionista de Muface (30% sin tope)?


Indudablemente alguna influencia tendrá; pero atribuir toda la diferencia al distinto copago al que están sujetos los miembros de ambos colectivos sería muy arriesgado, simplista y, probablemente, falso. 


Lo sorprendente es el comportamiento tan divergente respecto de lo que ocurre en el SNS del gasto en farmacia de receta por activo y por pensionista en Muface. Algo que levanta sospechas si no nos quedamos con la explicación simplista del efecto de los diferentes modelos e intensidades de copago a los que se ven sujetos los colectivos de ambos regímenes. Se intentará dar respuesta a estos hallazgos en próximas entradas.







Importe de la prescripción por activo y pensionista en Muface y SNS: ¿la centrifugación del riesgo?

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En la entrada de la semana pasada vimos como al desglosar el gasto en farmacia de receta por tipo de usuario en Muface y SNS aparecían la sorpresa y la sospecha. Veremos qué ocurre cuando analizamos en ambos regímenes el importe de la prescripción a PVP por persona protegida según tipo de usuario, lo que atenúa la influencia del copago. Las sorprendentes diferencias se mantienen y, por tanto, las sospechas aumentan.




Procedencia de los datos
Los datos de importe a PVP en farmacia de receta por persona protegida, por activo y por pensionista de Muface proceden de sus Memorias, la última (2013) se puede consulta aquí. Los datos de importe a PVP en farmacia de receta por persona protegida, por activo y por pensionista referidos al SNS proceden de los informes anuales que el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF) publica acerca del gasto en farmacia de receta en el SNS en su revista Panorama Actual del Medicamento. Como ejemplo, se puede consultar aquí el informe del último año disponible (2013). Los informes del CGCOF ofrecen el importe a PVP en el total de población protegida, en activos y en pensionistas pero no dan la información del número de activos ni de pensionistas. El CGCOF obtiene esa información del Boletín Informativo de la Seguridad Social. Pues bien, para obtener el número de activos y pensionistas en la población protegida del SNS y poder calcular el importe de la prescripción a PVP por persona y por tipo de usuario he utilizado la misma fuente de datos: el Boletín Informativo de la Seguridad Social (pág. 299)



Periodo estudiado
Los datos se refieren al periodo 2007-2013.

Los datos
Los datos y cálculos pueden consultarse en esta hoja Excel que pongo a disposición de los lectores.


Evolución del importe a PVP por activo



Evolución del importe a PVP por pensionista



Evolución del importe a PVP por persona protegida







Comentarios
Igual que ocurría con el gasto, llama la atención el muy superior importe a PVP por activo que presenta Muface respecto del importe por activo del SNS (un 50% o más). Lo contrario ocurre en el caso del pensionista: el importe de la farmacia de receta a PVP del pensionista de Muface es casi la mitad del pensionista del SNS.

Nada de esto es casual sino que responde a que el diseño del modelo mutualista permite centrifugar los malos riesgos al SNS de modo sistemático. ¿Es verosímil pensar que los mutualistas, con mayor capacidad adquisitiva que la media (SNS), consuman mucha más medicación que la media cuando son activos y mucha menos que la media cuando pasan a ser pensionistas?¿Se debe todo a las diferencias de copago entre un colectivo y otro? Demasiado protagonismo al copago si se acepta tal explicación.


De todos modos, lo justo sería reclamar mayor equidad comparada: asimilar el copago del mutualismo pensionista al del SNS y aumentar el copago en el mutualismo activo. Pero, curiosamente esto es algo que nadie pide. ¿Por qué? ¿Se vendría abajo el diseño centrifugador de riesgos del modelo?




UN GOBIERNO DE FUNCIONARIOS
Ya sabemos que el colectivo mutualista tiene un mejor nivel educativo, de renta y de salud percibida que el promedio del país (Rodríguez M, 2004). Pero no sólo eso, también tiene una mayor capacidad de influencia sobre los poderes públicos. Es más, puede decirse que dentro del colectivo se encuentra "el poder" público. Como muestra, lo que publicaba la propia revista Muf@ace (Un gobierno de funcionarios) en su nº 221 de 2012. De hecho, el número de altos cargos (ministros, subsecretarios, secretarios, directores generales, etc.) del Gobierno de España que son funcionarios llama la atención y ha vuelto a ser noticia reciente en los medios. De un total de 480 altos cargos del Gobierno de España, el 84% (402) son funcionarios que acumulan 3.500 trienios (más de 10.500 años de antigüedad). ¿Cuántos de esos 402 altos cargos funcionarios son mutualistas? Sin ninguna duda, la inmensa mayoría. Es muy probable que en el caso de los altos cargos de los Gobiernos Autonómicos, sean del color que sean, se den porcentajes similares. ¿O hay alguna razón para pensar lo contrario? Por no hablar de otros poderes influyentes incluidos en el mutualismo administrativo.




¿PEOR SALUD QUE LOS DEMÁS CUANDO SON ACTIVOS Y MEJOR SALUD QUE LOS DEMÁS AL PASAR A PENSIONISTAS?
Pues bien, ahora sabemos que todos estos altos cargos pertenecen a un colectivo (el mutualista) que consume más medicamentos (casi un 50% más) que la media del país cuando son activos y mucho menos (casi la mitad) que la media cuando pasan a pensionistas. Ocurre como si su salud se deteriorara mucho menos que la de los demás ciudadanos justo a partir de la jubilación, precisamente cuando la enfermedad empieza a ser cada vez más prevalente. Curiosamente, parece ocurrir lo contrario hasta el momento de la jubilación: un supuesto peor estado de salud del colectivo mutualista de activos que le obligaría a consumir mucha más medicación que el resto de ciudadanos activos. ¿A nadie le sorprende esta sustancial mejoría relativa de la salud del colectivo mutualista al llegar a la jubilación? ¿O es que quizás sea entonces, cuando el activo pasa a pensionista, cuando el sistema es capaz de centrifugar los peores riesgos farmacéuticos al SNS por la vía (legal, sin ninguna duda) de la doble cotización u otras vías ya menos legales? 



O SE CENTRIFUGAN RIESGOS O EL COPAGO ES MUY PODEROSO (Y PELIGROSO)

Alguien nos debería explicar esto. Pues, una de dos, o se centrifugan riesgos o el copago es muy poderoso en la desincentivación del consumo de medicamentos a partir de que el mutualista se hace pensionista (pero no antes). Un mutualista que hasta ese momento, mientras fue activo, consumió durante muchos años mucho más que el general de los ciudadanos. Este grandioso poder del copago es poco creíble en un colectivo con un nivel de renta, educativo y de influencia superior a la media. El problema, y no pequeño, de acceso al medicamento lo tiene el mutualista pensionista pluripatológico y plurimedicado que no puede pasarse a la receta del SNS por la vía de la doble cotización. Pero no, eso de pedir que el mutualista pensionista tenga el mismo copago que el pensionista del SNS, eso no lo pide nadie (con influencia en Muface, se entiende), ni tampoco lo investiga la Defensora del Pueblo en su último Informe al tratar la cuestión del copago farmacéutico (pag 314) pese a que sí lo hace el Defensor del Pueblo catalán (Informe al Parlamento 2014, pag. 78)... pues quizás equiparar ambos copagos supondría poner fin a  uno de los mecanismos de centrifugación de riesgos del modelo.








Los políticos se esmeran cada vez más en cuidar su sistema sanitario mientras hunden el de los demás

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En dos entradas previas se mostró como los recortes afectaban mucho más a la sanidad gestionada por las CCAA que al Mutualismo Administrativo. En una de ellas se ofrecían datos procedentes de la Estadística del Gasto Sanitario Público que llegaban a 2011. En la otra entrada se hacía una estimación hasta 2013 a partir de los presupuestos iniciales. Pues bien, el Ministerio acaba de publicar la Estadística del Gasto Sanitario Público que alcanza ya hasta 2013. Podemos comprobar como los políticos se han esmerado, y mucho, en cuidar su sistema sanitario mientras han recortado, y mucho, en el de los demás: la realidad supera a la previsión.



 

Un gobierno de funcionarios
En 2012 Muface presumía de que el Gobierno de España, y muchos de sus altos cargos, era un gobierno de funcionarios. Algo que recientemente ha vuelto a ser noticia. La actual legislatura se estrenaba con noticiasque lo ponían de relieve en el caso de los diputados y si uno revisa las profesiones de los mismos puede llegar a la conclusión de que casi la mitad podrían estar dentro del modelo mutualista. En los parlamentos autonómicos ocurre algo parecido, tal y como mostró Freire en 2010 en una presentación en el congreso de AES. No nos equivocaremos mucho si afirmamos que el régimen mutualista es el sistema sanitario de la mayoría de nuestros políticos y gobernantes.

 
Procedencia de los datos
Los datos de gasto proceden de la Estadística del Gasto Sanitario Público actualizadahasta 2013 que acaba de publicar el Ministerio. Los datos poblacionales ("población protegida por el SNS" y "mutualistas protegidos por entidades de seguro privado") son los mismos que utilicé en las dos entradas antes referidas y que en su momento obtuve de la web del Ministerio de Sanidad pero que ahora ya no están colgados en la web ministerial. ¡Viva la transparencia! Afortunadamente conservé los datos.

La entrada con datos hasta 2011 mostraban la siguiente figura:



La entrada con la estimación hasta 2013 mostraba la siguiente figura:


Con los datos de la EGSP actualizados hasta 2013  y los datos poblacionales que conservo se puede construir la siguiente figura que no necesita comentario alguno.



 


Muface vs. SNS, eficiencia comparada de la prescripción

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Se compara la eficiencia de la prescripción en receta en Muface vs. SNS. Se usan dos indicadores. Uno, el precio medio de la receta, distinguiendo según tipo de usuario (activo, pensionista). El otro, el precio medio del envase de aquellos subgrupos ATC que más contribuyen a la factura de medicamentos en ambos regímenes.




PRECIO MEDIO DE LA RECETA


Procedencia de los datos y periodo de estudio
Los del SNS proceden de los informes que el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF) publica anualmente en la revista Panorama Actual del Medicamento. Como ejemplo, se puede consultar aquí el informe del último año disponible (2013). Los de Muface proceden de las memorias de dicha mutualidad. La última (2013) se puede consultar aquí. El periodo de estudio comprende desde 2007 hasta 2013. Las memorias de Muface ofrecen directamente el dato del importe medio a PVP de la receta de activo, de pensionista y global. Los informes del CGCOF ofrecen información más que suficiente (importe a PVP y número de recetas) para calcular el importe medio a PVP de la receta de activo y pensionista del SNS.

Ejemplo de los datos que ofrece la Memoria de Muface (año 2013)


Ejemplo de los datos que ofrece el informe del CGCOF (año 2013)




Evolución del precio medio de la receta 2007-2013

FIGURA 1.- RECETA DE ACTIVO




FIGURA 2.- RECETA PENSIONISTA




FIGURA 3.- GLOBAL








PRECIO MEDIO DEL ENVASE DE LOS SUBGRUPOS ATC QUE MÁS CONTRIBUYEN A LA FACTURA EN FARMACIA DE RECETA

Procedencia de los datos y periodo de estudio

Las Memorias de Muface ofrecen información anual sobre el precio medio del envase de los 40 subgrupos ATC que más contribuyen al importe (PVP) de la factura de farmacia de receta en dicha mutualidad. La misma información respecto del SNS la publicaba también anualmente la revista ITSNS del Ministerio de Sanidad. Hace ya 4 años que el Ministerio nos priva de dicha información al no publicar dicha revista pese a estar presupuestada su edición (¡toma transparencia!). Los últimos datos disponibles corresponden al año 2010 y, por lo tanto, la referida a ese año es la comparación más reciente que podemos hacer.

Los datos de Muface se pueden encontrar en una tabla en la pág. 67 de su Memoria 2010. Los datos de SNS se pueden encontrar en una tabla del último número publicado de la revista ITSNS (Volumen 35, Nº 4/2011; pág. 124-128). Ambas tablas muestran los 40 subgrupos ATC desagregados a cinco dígitos que más contribuyen a la factura en farmacia de receta en ambos regímenes. La información que recogen ambas tablas es prácticamente idéntica, en especial el PVP medio del envase en cada subgrupo ATC que es la más nos interesa ahora.


De todos los subgrupos, podemos comparar 30 presentes en ambas tablas. Hay 10 subgrupos presentes en la tabla del SNS que no aparecen en la tabla de Muface (no alcanzan a situarse entre los 40 primeros) y viceversa. Los 30 subgrupos que es posible comparar representan el 40% de los envases (si asimilamos receta a envase) y el 60% de la factura a PVP del SNS. Los mismos 30 subgrupos representan el 42% de los envases y el 58% de la factura a PVP de Muface.  La comparativa SNS vs. Muface del precio medio del envase de cada uno de los 30 subgrupos ATC que es posible comparar la tenemos en la siguiente tabla:




Comparativa SNS vs Muface del precio medio del envase 
en los 30 subgrupos ATC en los que es posible la comparación




Resultado

Todos los cálculos se pueden revisar en esta hoja ExcelLa mayoría de los subgrupos (20 de 30) muestran un PVP medio mayor por envase en Muface. Los cálculos muestran que si los 30 subgrupos se hubieran prescrito en el SNS al mismo precio medio que se prescribieron en Muface, la factura a PVP correspondiente a esos 30 subgrupos se hubiera visto incrementada en 485.486.699  €. Este resultado NO ES una estimación, es un RESULTADO REAL; eso sí, referido únicamente a estos 30 subgrupos en los que es posible la comparación. El siguiente apartado sí es una estimación, el lector juzgará si adecuada o no.






¿Cuál sería el sobrecoste en la factura a PVP del SNS si toda su prescripción se hubiera hecho al mismo precio medio que en Muface?


Teniendo en cuenta que estos 30 subgrupos significan el 40% de los envases prescritos en el SNS, si el 60% restante de la prescripción se comportara del mismo modo que estos 30 subgrupos, el sobrecoste en la factura farmacéutica a PVP del SNS en 2010 sería de 1.213,7 millones de euros.


También podemos estimar este sobrecoste teniendo en cuenta cuánto más cara es la receta de Muface que la del SNS a PVP. En 2010 la receta de Muface era 1,35 € más cara que la del SNS (FIGURA 3). Por lo tanto, si cada una de las 862,985 millones de recetas del SNS de 2010 hubiera tenido un importe 1,35 € mayor, el sobrecoste para el SNS hubiera sido de 1.297,9 millones de euros (1,35 x 862,985), una cifra muy similar a la anteriormente estimada.


Si replicamos este cálculo para los últimos 7 años tendríamos un sobrecoste total de 7.313,8 millones de euros, como se puede ver en la siguiente tabla:









¿Cuál sería el ahorro en la factura a PVP de Muface si toda su prescripción se hubiera hecho al mismo precio medio que en el SNS?


Del mismo modo, podemos calcular el ahorro para Muface si toda su prescripción se hubiera hecho al mismo precio medio por receta del SNS. El ahorro para los últimos siete años se puede ver en la siguiente tabla:







PRESCRIPCIÓN DE GENÉRICOS
Uno de los factores que probablemente más esté contribuyendo a mejorar la eficiencia de la prescripción sea el uso de genéricos. Las Memorias de Muface ofrecen información al respecto (% de genéricos sobre el total de envases y % genéricos sobre el total del importe a PVP). La misma información referida a la prescripción en receta del SNS la podemos encontrar en la pág. 145 del Informe Anual del SNS 2013. A partir de estos datos (también presentes en la hoja de cálculo referida anteriormente) se pueden construir los siguientes gráficos.



Los gráficos evidencian el bajo uso de genéricos en Muface y la gran diferencia, creciente con el paso de los años, con el SNS tanto en envases (19 puntos porcentuales menos que en el SNS en 2013) como en importe (9 puntos menos que SNS en 2013). Muface tiene, pues, un gran margen de ahorro procedente del uso de genéricos. 


¿Cuánto se habría ahorrado Muface en 2013 si hubiera hecho el mismo uso de genéricos que hizo el SNS ese mismo año?

La dimensión de este ahorro potencial de Muface en su factura de farmacia de receta si hubiera alcanzado el uso de genéricos se hizo en el SNS se calcularía para el año 2013 del siguiente modo.

El SNS hizo un uso de genéricos en 2013 que significó un 46,50% de los envases y un 21,00% de la factura a PVP. Los mismos porcentajes en Muface fueron del 27,60% y del 11,76% respectivamente. 

Según la Memoria 2013, Muface hizo ese año un total de 24.288.821 envases de medicamentos, un 27,60% de los mismos fueron genéricos. Muface debería haber hecho 4.590.587 envases más de genéricos para alcanzar el 46,50% del SNS (46,50 - 27,60)/100 x 24.288.821).

Muface hizo en 2013 un 27,60% de sus envases en forma de genéricos y un 72,40% en forma de marcas. Lo que significa, 17.585.106 envases de marcas y 6.703.715 envases de genéricos. 

En Muface, la factura en medicamentos de 2013 alcanzó los 331.094.421 euros. Los genéricos significaron el 11,76% de la factura (38.936.704 €) y el 88,24% restante fueron marcas (292.157.717 €). Por lo tanto, el envase de marca tuvo un PVP promedio de 16,61 € (292.157.717 € / 17.585.106 envases de marcas), mientras que el envase de genérico tuvo un PVP promedio de 5,82 € (38.936.704 € / 6.703.715 envases de genéricos). Por lo tanto, PVP marca = 16,61 € y PVP genérico = 5,82 €. 

Ya hemos calculado que Muface debería haber sustituido 4.590.587 envases más de marca por envases de genéricos para alcanzar el 46,12% del SNS. 

El sobrecoste para Muface por no alcanzar el % de genéricos del SNS podría estimarse en 49.532.434 € en el año 2013 [4.590.587 x (16,61 - 5,82)]


CONCLUSIÓN FINAL
Hace pocas semanas en una entrada previa comentaba que "Todo esto apunta a que quizá no sea tan eficiente la prestación farmacéutica mutualista, sino todo lo contrario". En esta entrada se muestra que, se mire como se mire, la prescripción en Muface (la mayor de las mutualidades) es mucho menos eficiente que la prescripción en el SNS.

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Nota: Se aporta toda la información necesaria para que el lector interesado pueda replicar  los cálculos por su cuenta.


LA PRECARIEDAD LABORAL SANITARIA ES UN SÍMBOLO DEL DESMANTELAMIENTO DEL SISTEMA SANITARIO PÚBLICO EN ESPAÑA

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Quienes firmamos abajo denunciamos con este manifiesto la deriva política que llevará al desmantelamiento del sistema sanitario público en España. Este sistema, de cobertura universal, ha sido y es ejemplo mundial. Es un sistema que responde eficazmente y a un coste razonable a los problemas de salud de  poblaciones y pacientes.





El sistema cuenta, además, con la estima social y la aprobación general y de  profesionales y pacientes. Cabe su mejora, y el introducir cambios que incrementen su eficiencia. Pero, hasta ahora, todo lo que se ha hecho ha sido recortar sin tino, con un objetivo ciego que disminuye el gasto sin tener en cuenta su impacto ni en calidad ni en salud.

En la gestión se ha implantado una cultura sin fundamento humano ni científico que considera al personal como pieza intercambiable. Son sistemáticos los contratos eventuales, incluso por horas y para cometidos diversos. Es lo que llamamos precariedad laboral (en el sentido de enorme temporalidad, gran vulnerabilidad, bajo nivel salarial y falta de derechos sociales).

En el sistema sanitario los servicios son servicios personales, en los que es clave la confianza entre profesional y paciente. Es cruel y deteriora la calidad la falta de continuidad/longitudinalidad que se expresa bien con expresiones tipo: "¿Otra médica? ¿Tengo que volver a repetírselo todo a usted?". De la misma forma, en espejo, el pensamiento profesional que se expresa con preguntas tipo: "¿Quiénes serán mis pacientes mañana? ¿Con quién formaré equipo?" y que llega a decir: "No me coja cariño que me voy mañana".

La cuestión atañe a todo el sistema sanitario público en aspectos que se mezclan con la precariedad. Lo expresa bien la externalizacion innecesaria de servicios incluso en áreas de especial riesgo, como la atención a pacientes con problemas graves de salud mental. La situación precaria se repite en la atención primaria, incluyendo centros de salud y sectores comunitarios, sociales, de rehabilitación y otros, donde es imprescindible la continuidad de cuidados. Lo mismo sucede en los hospitales, tanto en consultas externas como en urgencias y en plantas. También en las cárceles, donde es perentoria la mejora de la continuidad por la presencia de problemas infecciosos, de salud mental y de drogadicción. La precariedad también lesiona los aspectos de salud pública que cubre el sistema sanitario y que exigen equipos consolidados capaces de enfrentarse, por ejemplo, a las inevitables crisis de salud pública.

La precariedad disminuye la calidad clínica e incrementa los errores sin disminuir el coste. La precariedad daña la salud de pacientes y profesionales. La precariedad es, de hecho, una forma de maltrato y una falta de respeto, una indignidad para profesionales y pacientes. La precariedad sanitaria afecta más a  mujeres jóvenes y, por ejemplo, en su impacto vital global modifica/impide planes de maternidad/paternidad. Entre el trabajo "en propiedad" y la precariedad hay soluciones al tiempo científicas, humanas y racionales que mejoran el resultado en salud en pacientes y profesionales.

Parece que se hubiera decidido el desmantelamiento del sistema sanitario público. Es parte de una ideología que considera que "la sociedad no existe, existe la persona" y a la persona individual se pretende servir destruyendo lo público y beneficiando los intereses privados de industrias y organizaciones varias. Se rompen con ello la equidad y la solidaridad que sustentan a la sociedad (ese "hoy por ti, mañana por mí") que generan salud por sí mismas en los que hoy precisan la atención sanitaria de calidad y en quienes la precisarán mañana.

La precariedad profesional sanitaria daña la salud y en defensa de la equidad y de la solidaridad, manifestamos:

  1. La precariedad laboral sanitaria es un símbolo del desmantelamiento del sistema sanitario público que concierne al conjunto de la sociedad.  Por ello animamos a sumarse a este manifiesto a las personas individuales y a las organizaciones colectivas.
  2. La precariedad laboral sanitaria incumple en muchos casos la legislación laboral, introduce inseguridad jurídica y es un abuso justificado por intereses particulares y/o privados. Por ello recurriremos a la vía legal en todos los niveles.
  3. La precariedad laboral sanitaria responde a un gerencialismo sin categoría, que convierte en "gestores" a simpatizantes del partido en el poder y cuya formación, si alguna, es muy deficiente. Por ello exigimos la profesionalización de quienes gestionan el sistema sanitario público.
  4. En muchos casos se pretende una desreguralización arbitraria pues no se cumplen ni las más mínimas normas pactadas respecto a las bolsas de trabajo, convocatorias de plazas, situaciones de excepción y reposición de puestos de trabajo. Además, falta toda planificación a medio y largo plazo de necesidades de personal que permitan dar respuesta a los problemas de salud de pacientes y poblaciones. Por ello pedimos  el cumplimiento de los pactos y la visión de futuro que precisa la gestión del personal sanitario.
  5. Puesto que la precariedad laboral sanitaria es un símbolo del desmantelamiento del sistema sanitario público elaboraremos propuestas concretas sobre sus causas y soluciones, para presentar a los partidos políticos de forma que se pronuncien ante las mismas.
  6. La precariedad laboral sanitaria no es una situación transitoria ni nueva pero sí muy intensificada durante los últimos años. Forma parte de un diseño que busca el deterioro del sistema público para reducir su aprecio social y favorecer que los ciudadanos opten cada vez más por la sanidad privada. La intensa precariedad laboral en la sanidad pública es letal para la calidad y repercute en la salud de poblaciones, profesionales y pacientes. Por ello, para mantener la salud, llegaremos a tomar todas las medidas posibles, incluyendo el ejercer los derechos de protesta, manifestación y huelga.



FIRMANTES (a 20 de mayo de 2015) (1)
Antoni Agustí Martí, Guillermo Álvarez López, Beatriz Aragón, Juan Diego Areta Higuera, Vicente Baos, Mikel Baza, Sara Belinchón, Clara Benedicto, Raúl Calvo Rico, Manuel Carretero Matas, Salvador Casado, Fernando Casado Campolongo, Rafa Cofiño, Txema Coll, Carlos Coscollar, Mounir Diouri, Patricia Escartín, Carmen Fando, María José Fernández de Sanmamed, Patricia Ferre, Marta García Caballos, Luis García Olmos, Juan Gérvas, Irene Gonzalo Sanjosé, Mariola Gracia, Mariano Hernández Monsalve, Juan Irigoyen, Marian Jiménez de Aldasoro, Mónica Lasheras, Miguel López del Pueyo, Rosa Magallón, Gorca Maiz, Iván de la Mata, Miguel Melguizo Jiménez, Félix Miguel, Sergio Minué, Carolina Morcillo Ródenas, Abel Novoa, Leticia Núñez Queijo, Isabel Núñez Lozano, Alberto Ortiz Lobo, Javier Padilla, Jesús Palacio, Luis Palomo, Pastora Pérez, Carmen Pérez-Crespo Gómez, Mercedes Pérez-Fernández, Pablo Pérez Solís, Ana Rico, Ana Rivera, Elena Serrano, Juan Simó Miñana, Pablo Simón Lorda, Gemma Torrell, Ana Vall-llosera.

ASOCIACIONES, ORGANIZACIONES Y ENTIDADES (a 20 de mayo de 2015) (2)
Equipo CESCA, Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP), Fòrum Català d'Atenció Primària (FoCAP), NoGracias.

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1.- La adhesión al Manifiesto está abierta, e implica un compromiso contra la precariedad laboral sanitaria y la difusión del Manifiesto en lo que se pueda. Para adherirse a este Manifiesto escriba sus datos básicos en el formulario en http://goo.gl/forms/YOfacHtVSj Todos los contactos a atencionprecaria@gmail.com

2.- Muchas asociaciones, organizaciones, organizaciones y entidades precisan de reuniones explícitas de juntas y órganos de gobierno para poder adherirse al Manifiesto y de ahí un cierto retraso en su participación.


El silencio electoral de la sanidad

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Bajo este título tuve la suerte de publicar en EL PAÍS hace siete años un artículo todavía hoy plenamente vigente. Señalaba el daño al SNS que hacía y sigue haciendo la dualización sanitaria imperante y el hecho de que muchos de quienes deciden sobre cómo va a ser la sanidad pública de la mayoría de la gente corriente (la del SNS gestionada por las 17 CCAA) no la utilizan, especialmente su atención primaria.




En 2012 Muface presumía de que el Gobierno de España, y muchos de sus altos cargos, era un gobierno de funcionarios. Algo que recientemente ha vuelto a ser noticia. Lo de ser funcionario es tradición de nuestros políticos. Esta legislatura se estrenaba con noticias que lo ponían de relieve en el caso de los diputados y si uno revisa las profesiones de los mismos puede llegar a la conclusión de que casi la mitad podrían estar dentro del modelo mutualista. En los parlamentos autonómicos ocurre algo parecido, tal y como mostró Freire en 2010 en una presentación en el congreso de AES

Seguros médicos para parlamentarios (y familiares) pagados con dinero público
Y por si lo anterior no fuera suficiente, nuestro queridos parlamentarios autonómicos se ponen para sí y sus familiares seguros médicos privados pagados con dinero público. Así ocurrió o sigue ocurriendo en, al menos, Canarias y Comunidad Valenciana. No sería de extrañar que también ocurriera en otros parlamentos autonómicos.

Seguros médicos para miembros (y familiares) de instituciones públicas pagados con dinero público
Algunas instituciones públicas, como por ejemplo el Consejo Consultivo de Canarias , las Juntas Generales de Álava y el FROB, también tenían y, por lo visto, siguen teniendo para sus miembros y familiares seguros médicos privados pagados con dinero público.  Tampoco sería de extrañar que otras instituciones públicas tuvieran reservadas para sus miembros y familias este tipo de prebendas sanitarias pagadas con el dinero de todos. 

Seguros médicos para concejales (y familiares) pagados con dinero público
La cosa llega también hasta los concejales de algunos ayuntamientos. El caso de Carboneras (Almería) se ha conocido hace pocos días. También fueron noticia el de Bilbao, Palma de Mallorca y Soria. No sería de extrañar que estos privilegios también prevalecieran en otros ayuntamientos españoles.

Seguros médicos para empleados públicos (y familiares) de ayuntamientos y diputaciones pagados con dinero público
Los políticos se han puesto para sí, pagada con dinero de todos, una sanidad privada durante los años de bonanza y, probablemente también, durante los años de crisis. Para que no se notara mucho tuvieron que ponerla también para gente corriente como empleados públicos de ayuntamientos como el de Marbella, Santa Cruz de Tenerife o Málaga, y de diputaciones como la de Pontevedra. Algunos, para poder comer las uvas de tres en tres, consintieron que quienes les rodeaban las comieran de dos en dos.


Sanidad privada para periodistas pagada con dinero público: el caso de la Asociación de la Prensa de Madrid
Por cierto, ¿de qué manera puede informar sobre la dualización sanitaria y el acceso a este tipo de prebendas quien participa hasta las trancas de ella? Pues no deja de ser significativo el trato excepcional, a través de un convenio con la Consejería de Salud, para, precisamente, la Asociación de la Prensa, un colectivo tan importante en la formación de la opinión pública. Un convenio que data de 1973 (en los tiempos del INP), continuado a partir de 1983 por el INSALUD y desde 2002 por la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid.


El próximo domingo, elecciones,
¿seguirán las prebendas sanitarias para algunos?
Puesto que el próximo domingo tenemos elecciones autonómicas y municipales, convendría saber si los futuros concejales y parlamentarios autonómicos van a tener o seguir teniendo estas prebendas sanitarias para ellos y sus familias pues los recortes sanitarios han venido para quedarse un tiempo no desdeñable. No más silencio electoral de la sanidad, no más prebendas sanitarias pagadas con dinero público. 




Los españoles, ¿iguales ante la sanidad pública?
Los españoles somos iguales ante la sanidad pública (aquella que se financia con fondos públicos) pero hay algunos más iguales que otros. Entre ellos se encuentran muchos cargos electos (nacionales, regionales y locales), muchos altos y no tal altos cargos de los gobiernos (nacional, autonómicos y municipales), líderes políticos y mediáticos que comparten un mismo y tácito acuerdo: no hablemos del asunto, no vaya a ser que terminemos yendo todos a que nos atienda un médico de familia de esos a los que se les cita los pacientes cada 5 minutos o a un especialista ambulatorio con una lista de espera de meses para primera consulta o prueba diagnóstica. Esos médicos, tan precarios ahora, no son para nosotros, servidores públicos. Nosotros decidimos cómo debe ser la sanidad de los demás y la recortamos lo que nos viene en gana pero que la utilicemos, eso ya es otra cosa: nosotros ya cuidamos la nuestra



¡ Silencio, se vota !






Muface vs. SNS, intensidad comparada de la prescripción

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Hemos comparadola eficiencia de la prescripción en Muface vs. SNS. Ahora se comparará la intensidad de la prescripción (envases / persona protegida / año) como aproximación al consumo de medicamentos en las poblaciones protegidas por cada uno de los dos regímenes. La conclusión final no puede ser más evidente.



Procedencia de los datos y periodo de estudio
Con los datos disponibles no es posible expresar los datos de consumo de medicamentos en DHDs como sería lo deseable. Sólo puedo comparar la variable envases por persona protegida y año. Existe información para determinar esta variable en aquellos subgrupos ATC que más contribuyen a la factura de la farmacia de receta a PVP en ambos regímenes. Como ocurría en la entrada anterior y por los mismos motivos, el año más reciente que es posible comparar es el 2010. 

Los datos de Muface se pueden encontrar en una tabla en la pág. 67 de su Memoria 2010. Los datos de SNS se pueden encontrar en una tabla del último número publicado de la revista ITSNS (Volumen 35, Nº 4/2011; pág. 124-128). Ambas tablas muestran los 40 subgrupos ATC desagregados a cinco dígitos que más contribuyen a la factura en farmacia de receta a PVP en ambos ámbitos. La información que recogen es prácticamente idéntica, en especial el número de envases facturados de cada uno de los subgrupos ATC durante el año 2010. La población protegida en Muface también procede de dicha Memoria 2010 y la población protegida por el SNS procede de este documento que, por cierto, ya no se encuentra en la web ministerial.

De todos los subgrupos, podemos comparar 30 presentes en ambas tablas. Hay 10 subgrupos presentes en la tabla del SNS que no aparecen en la tabla de Muface (no alcanzan a situarse entre los 40 primeros) y viceversa. Los 30 subgrupos que es posible comparar representan el 40% de los envases (si asimilamos receta a envase) y el 60% de la factura a PVP del SNS. Los mismos 30 subgrupos representan el 42% de los envases y el 58% de la factura a PVP de Muface. Con la información disponible se puede calcular el número de envases por persona y año en los 30 subgrupos ATC en los que es posible su comparación por estar presentes en ambas tablas. Los datos y cálculos se pueden consultar en esta hoja Excel.


Intensidad de la prescripción de algunos principios activos. La memoria de Muface de 2010 no ofrece información sobre los principios activos que más contribuyen al total de envases o al total de la factura por lo que no hay posibilidad de comparación con los datos que por principios activos sí ofrece la revista ITSNS. El recientemente publicado InformeAnual del SNS 2013 informa (pags. 152 y 153) sobre los 15 principios activos que más contribuyen al total de envases y los quince que más contribuyen al total de la factura de la prestación en farmacia de receta del SNS de 2013. Esta misma información está presente en la Memoria de Muface de 2013 (pags. 95 y 96) respecto de su prestación en farmacia de receta, lo que permite la comparación de los rankings (Top 15 de principios activos). Además, con la información disponible se puede comparar la intensidad de prescripción (envases/persona) de 19 principios activos presentes en la información que ofrecen ambas fuentes. 



Resultados
SITUACIÓN EN EL RANKING DE SUBGRUPOS ATC (2010)
Las siguientes 2 tablas muestras los 40 subgrupos ATC que más contribuyen a la factura farmacéutica en ambas prestaciones ordenados por número de envases. 






RATIOS ENVASES/PERSONA DE SUBGRUPOS ATC (2010)
La siguiente tabla muestra las ratios SNS/Muface y Muface/SNS de la variable envases por persona durante el año 2010 de cada uno de los 30 subgrupos ATC en los que es posible la comparación. ¿Como se interpreta? Por ejemplo, la ratio SNS/Muface de envases de estatinas (C10AA) por persona es 1,31, lo que significa que en el SNS se prescribieron (y facturaron) en 2010 un 31% más de envases de estatinas por persona que en Muface. Otro ejemplo, la ratio Muface/SNS de envases de bifosfonatos (M05BA) por persona es 1,26 lo que significa que en Muface se prescribieron (y facturaron) en 2010 un 26% más de envases de bifosfonatos por persona que en el SNS.



RATIOS ENVASES/PERSONA DE PRINCIPIOS ACTIVOS (2013)
La siguiente tabla muestra el Top 15 de los principios activos que más contribuyen al total de envases y al total de la factura en 2013 en el SNS y en Muface.






La siguiente tabla muestra las ratios SNS/Muface y Muface/SNS de la variable envases por persona de cada uno de los 19 principios activos en los que es posible la comparación. La interpretación es idéntica a las ratios que veíamos en los subgrupos ATC.





Descripción de resultados

SITUACIÓN EN EL RANKING SUBGRUPOS ATC (2010)
Lo esperable es que hayan más coincidencias en los primeros puestos que en los últimos. Así, los tres primeros puestos coinciden en ambas prescripciones: los IBPs (A02BC), los ansiolíticos (N05BA) y las estatinas (C10AA) se colocan por ese orden en los tres primeros lugares.  Pero a partir de ahí empiezan la verse discrepancias. 

En el SNS aparece en 4º lugar el paracetamol solo o asociado (N02BE) subgrupo que no aparece en el listado de Muface. En su lugar, en Muface, ocupa el 4º lugar el grupo de los AINEs (M01AE), grupo que ocupan el 5º lugar en el SNS. Da la impresión de que en Muface los pacientes no reciben tantas prescripciones de paracetamol como en el SNS. Es posible que la explicación a esto sea que la población protegida por Muface adquiera el paracetamol sin receta en mayor proporción que lo hace la población cubierta por el SNS. En cualquier caso, en el listado de los 40 de Muface no aparece ningún grupo analgésico, lo que en principio pondría sobre la mesa la posibilidad de que el dolor sea menos prevalente en el colectivo mutualista que en el colectivo SNS.

En el SNS, el primer subgrupo de medicamentos para la HTA son los IECA monofármacos (C09AA) que ocupan el 7º lugar del ranking. Sin embargo, los IECA monofármacos no aparecen en el ranking de Muface. El primer subgrupo de antihipertensivos en la prescripción mutualista es el de los ARA II monofármacos (C09CA). Da la impresión de que los IECA monofármacos no son muy prescritos en Muface pese a que las guías los recomiendan antes que los ARA II en el tratamiento tanto de la HTA como de la insuficiencia cardíaca.

Los bifosfonatos (M05BAocupan el 14º lugar en el SNS y el 9º lugar en el ranking de Muface. Vemos también que el calcio (A12AX) ocupa el 15º lugar en Muface pero no aparece en el ranking del SNS. Lo mismo ocurre con el grupo del raloxifeno (G03XC) que ocupa el 20º lugar en Muface pero no aparece en el listado del SNS. Da la impresión de que la osteoporosis o, más probablemente, su "prevención" es más frecuente en Muface. 

Es llamativo que en el listado del SNS no aparezca ningún subgrupo de antibióticos mientras que en el listado de Muface aparecen dos grupos de antibióticos: penicilinas combinadas (J01CR) en el 11º puesto y macrólidos (J01FA) en el 14º puesto.

También es llamativo que en el listado del SNS no aparezca ningún subgrupo de antihistamínicos mientras que en el de Muface un subgrupo de antihistamínicos de uso sistémico (R06AX) ocupa el 10º puesto. Lo mismo ocurre con los corticoides nasales que se sitúan en el listado de Muface en el lugar 18º y no aparecen en el listado del SNS. Parece que los procesos alérgicos son más prevalentes en el colectivo mutualista que en la población del SNS. Lo mismo podemos decir de las migrañas pues el  grupo de los triptanes (N02CC) alcanza el puesto  24º en Muface pero no aparece en el listado del SNS. Y quizá también el TDAH pues el grupo del metilfenidato (N06BA) ocupa el puesto 34º en el rankig de Muface pero no aparece en el del SNS.

Por el contrario, la prevalencia del glaucoma parece ser menor en el colectivo de Muface que en el del SNS pues uno de los subgrupos de antiglaucomatosos (S01EE) ocupa el lugar 20º en el listado del SNS mientras que en el ranking de Muface no aparece ningún antiglaucomatoso. Lo mismo podemos decir de la incontinencia urinaria de urgencia pues el subgrupo utilizado para su tratamiento (G04BD) ocupa el lugar 32º en el listado del SNS pero no aparece en el de Muface.



RATIOS ENVASES/PERSONA SUBGRUPOS ATC (2010)

La mayoría de los 30 subgrupos ATC cuya comparación es posible por aparecer en los dos listados muestra un mayor número de envases por persona en el SNS. Así ocurre con estatinas (C10AA), IBPs (A02BC), medicación para la obstrucción de las vías respiratorias (R03AK, R03BB), la mayoría de los grupos de antihipertensivos (C09DA, C08CA, C09DB), antiepilépticos (N03AX), antiagregantes (B01AC), antipsicóticos (N05AH, N05AX), fármacos antidemencia (N06DA), insulinas (A10AE), antiprostáticos (G04CA), antidiabéticos orales (A10BD), heparinas (B01AB), medicación parenteral para el cáncer de próstata (L02AE) y coxibs (M01AH). Sin embargo, en algunos grupos la diferencia en la intensidad de la prescripción es mínima entre un colectivo y otro. Tal es el caso de los ARAII monofármacos (C09CA), algunos grupos de antidepresivos (N06AX, N06AB), el grupo del ibuprofeno (M01AE), el grupo del montelukast (R03DC), los ansiolíticos benzodiacepinas (N05BA) y el grupo del Denubil® (N06BX). Sin embargo, hay algunos pocos subgrupos que se prescriben con una clara mayor intensidad en el colectivo mutualista. Entre ellos, los bifosfonatos (M05BA), el grupo de los llamados condroprotectores o sysdoas (M01AX), los inhibidores de la aromatasa (L02BG) y los inhibidores de la protein-quinasa (L01XE). 



TOP 15 PRINCIPIOS ACTIVOS (2013)
Top 15 por contribución al total de envases. Respecto del Top 15 por número de envases hay muchos principios que coinciden en ambos rankings. Pero es llamativo que enalapril no aparezca en el Top 15 de Muface, en consonancia con lo que ocurría con los IECA tres años antes. Pero es mucho más llamativo que tampoco aparezca en Muface ningún antihipertensivo. La metformina ocupa un lugar mucho más inferior (11º, y ¡por debajo de los envases de tiroxina!) en ranking de Muface que en el SNS (7º). Dos antibióticos, amoxi-clavulánico y azitromicina, alcanzan a situarse en el Top 15 de Muface en el 9º y 13º puesto respectivamente. En cambio en el Top 15 del SNS únicamente aparece un antibiótico, amoxi-clavulánico, ocupando el último puesto del ranking.

Top 15 por contribución al total de la factura. Respecto del Top 15 por importe en Muface lo encabezan dos estatinas, la primera de ellas, rosuvastatina, de reciente comercialización. Ambas estatinas aparecen también en el ranking del SNS pero la rosuvastatina en un lugar muy inferior (14º). El hecho de que ezetimiba aparezca en el ranking de Muface ocupando un lugar no despreciable (10º) ya es por sí mismo llamativo. Lo mismo se puede decir del condroitin sulfato (11º). Llama la atención la posición de la insulina glargina: 4ª posición en SNS pero el 14º lugar en Muface. 



RATIOS ENVASES/PERSONA PRINCIPIOS ACTIVOS (2013)
Las ratios de envases por persona de los 19 principio activos que es posible comparar desvelan que muchos de los principios activos se prescriben con mucha mayor intensidad en el SNS (omeprazol, paracetamol, simvastatina, AAS, metformina, salmeterol+fluticasona, pregabalina, insulina glargina, y metformina+sitagliptina). Algunos principios muestran una intensidad prescriptora similar (ibuprofeno, lorazepam, alprazolam, amoxi-clavulánico, formoterol+budesonida, enoxaparina y duloxetina). Pero Muface destaca en la intensidad prescriptora de tres principios: atorvastatina, lormetazepam y, sobre todo, rosuvastatina.


Comentarios

Sabemos del mejor estado de salud percibido del colectivo mutualista y su menor envejecimiento poblacional por investigación a partir de los datos de la ENS (Rodríguez M, 2004). Muface no publica en su memoria (ni en ningún sitio) la pirámide poblacional de sus mutualistas. Por ello es imposible determinar a partir de datos directos el envejecimiento poblacional del colectivo mutualista. Sin embargo, la mutualidad a través de su revista Muf@ce reconocía en el ejemplar del verano de 2007 que “MUFACE se viene ocupando de un número de personas mayores de 65 años de aproximadamente 180.000, lo que representa en torno al 12% de su colectivo total”. Ese año, las personas mayores de 65 años representaban en España según el INE el 17,5% de la población. Por lo tanto, no es de extrañar que, dadas estas diferencias en el envejecimiento poblacional, la intensidad de la prescripción sea en general mayor en el SNS que en Muface. 

Cuando consideramos la situación en el ranking, o la presencia o ausencia en el mismo de determinados subgrupos, se puede sospechar que la población protegida por Muface no es del todo comparable con la del SNS. Por ejemplo, la ausencia entre los 40 subgrupos ATC que más pesan en la factura mutualista de ningún grupo analgésico o de medicamentos antiglaucoma o para la incontinencia urinaria de urgencia pondría sobre la mesa la posibilidad de que la población mutualista sea una población menos envejecida que la del SNS. De hecho, alcanzan a situarse en el ranking de los 40 en Muface medicamentos como antihistamínicos sistémicos, corticoides nasales, triptanes y medicación para el TDAH, que no aparecen en el listado del SNS y que constituyen el tratamiento de procesos más frecuentes en población relativamente joven. 


No deja de sorprender que alcancen a situarse en el ranking de los 40 en Muface dos grupos de antibióticos cuando no aparece ninguno en el ranking de los 40 del SNS. Esto induce a sospechar un sobreuso de los antibióticos en Muface en comparación con el SNS. La misma sospecha surge cuando vemos la situación de los bifosfonatos en ambos listados (9º posición en Muface y 14º puesto en SNS) y la presencia en el listado de Muface del grupo del calcio y el grupo del raloxifeno (15º y 20º puesto respectivamente) cuando ninguno de los dos aparecen en el listado del SNS. La sospecha de un sobretratamiento preventivo de la fractura osteoporótica en Muface se confirma cuando comprobamos la mayor intensidad prescriptora de bifosfonatos en el colectivo mutualista, uno de los pocos subgrupos que se prescriben claramente con más intensidad en Muface que en el SNS, lo que induce a pensar que en la población protegida por Muface es mayor la proporción de mujeres que en la población protegida por el SNS. El grupo de los llamados condroprotectores también se prescribe con mayor intensidad en Muface algo que Vicente Baos ya detectó y nos contó en su blog y que contrasta con una creciente evidencia en contra de su eficacia. Además, pondría más en entredicho la adecuación de su uso el hecho de que esta mayor prescripción se produce en una población, la mutualista, menos envejecida y, por tanto, con una menor prevalencia de artrosis que la población del SNS. 


También se prescriben con una clara mayor intensidad en Muface los inhibidores de la protein-quinasa (L01XEy los inhibidores de la aromatasa (L02BG)En 2010, los inhibidores de la protein-quinasa (L01XE) estaban calificados como DH en receta visada pero en la práctica muchos servicios regionales de salud los dispensaban en sus hospitales como medicación hospitalaria. La mayor intensidad prescriptora en Muface del grupo L01XE probablemente tenga que ver con el hecho de que en Muface el acceso a estos medicamentos continuase siendo mediante receta pues los proveedores hospitalarios privados no iban a correr con el gasto de esta medicación cuando éste le correspondía a Muface mediante receta. Sin embargo, la mayor intensidad de uso en Muface de los inhibidores de la aromatasa (L02BG), cuya principal indicación es el cáncer de mama, es un claro indicador de la mayor proporción femenina entre la población protegida por Muface que entre la protegida por el SNS.

El ranking de los principios activos 2013 (Top 15 por envases y por importe) orientan en el mismo sentido que lo hacen los grupos ATC de 2010. La aparición de antibióticos en el Top 15 de Muface que no aparecen o aparecen en puestos muy inferiores en el listado del SNS, orientan a un mayor uso de antibióticos en Muface respecto del SNS. La ausencia de antihipertensivos entre los 15 más prescritos de Muface apuntaría hacia una menor prevalencia de HTA. Del mismo modo que el puesto alcanzado tanto por la meformina como por la insulina en ambos listados, apuntaría a una menor prevalencia de la diabetes en el colectivo mutualista. La presencia de la tiroxina en el ranking por envases en Muface, incluso por encima de la metformina, orientaría hacia una mayor prevalencia de hipotiroidismo en Muface, patología mucho más prevalente en la mujer que en varón, lo que encajaría con una mayor femenización del colectivo mutualista. La mayor intensidad prescriptora de algunos principios activos en 2013 en Muface como atorvastatina y, sobre todo, rosuvastatina, en detrimento de la simvastatina, apuntaría hacia una inadecuación en el uso de las estatinas, especialmente el el caso de la rosuvastatina.


Conclusión
Las ratios de envases por persona indican que algunos subgrupos ATC que forman parte del tratamiento de elección de algunos procesos crónicos se prescriben con muchísima más intensidad en el SNS que en Muface. Llama la atención en este sentido, una intensidad prescriptora de insulinas en el SNS que duplica la de Muface, de medicamentos contra la obstrucción de las vías respiratorias que casi duplican o triplican la de Muface, de medicamentos antidemencia que casi duplica la de Muface, de antiagregantes, etc. Lo mismo ocurre con las ratios de envases por persona de algunos principios activos en 2013 que forman parte del tratamiento de elección de muchos procesos crónicos. Así, destaca una intensidad prescriptora de AAS como antiagregante un 50% mayor en el SNS que en Muface, de metformina que duplica la de Muface, de insulina un 80% mayor que en Muface, de saleterol+fluticasona casi un 70% mayor que Muface, de pregabalina también casi un 70% superior, etc. 

La conclusión final es bastante evidente: los resultados del análisis de la intensidad de la prescripción de determinados subgrupos ATC y principios activos confirman en la práctica la menor presencia de enfermedad en la población protegida por Muface en concordancia con el más que probable menor envejecimiento poblacional de dicho colectivo en comparación con la población protegida por el SNS. Los resultados también apuntan hacia una mayor presencia femenina en el colectivo mutualista. Por ello, para una correcta comparación sin sesgos de ambas prestaciones farmacéuticas convendría que Muface publicara la estructura de la población por sexo y edad (pirámide poblacional) de su colectivo. 

Por otro lado, la migración a la receta del SNS para eludir el mayor copago mutualista por la vía legal de la doble cotización por parte de aquellos mutualistas pensionistas con pluripatología crónica y plurimedicados también contribuiría a aminorar la intensidad prescriptora de determinados subgrupos ATC y principios activos en Muface y a incrementarla en el SNS.




Si somos eficientes en farmacia podremos apoyar más al profesional

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P. Si ya se han conseguido ahorros en farmacia y deben continuar las reformas, ¿significa que se recortará en personal?
R. Debemos tener presente dos cuestiones: el SNS debe girar en torno al paciente y lo que lo hace excelente son sus profesionales. Hay que cuidarlos. Esto significa que si somos eficientes en farmacia, si gestionamos bien, habrá menos presión sobre el capítulo 1 y podremos apoyar más a los profesionales, que son los que dan la fortaleza al sistema.
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¿Cuál es la advertencia que entraña la respuesta del ministro Alonso a esta pregunta que le hace el periodista en la entrevista del último número de Diario Médico ?





Pues está claro. El mensaje que manda el ministro Alonso es:

Señores médicos (y por extensión: señores profesionales del sistema sanitario): una de dos, o me bajan el gasto en farmacia o yo les bajaré el salario.

Está claro que de donde no hay no se puede sacar. Y el problema es que no hay. No hay dinero. Pero pese a no haberlo, el ministro le garantiza a la industria un crecimiento del gasto farmacéutico cuyo techo es el crecimiento del PIB. Ya sabemos que muy pronto el techo se convertirá en suelo.


Crecimiento del gasto sanitario y del PIB
Rescato unas figuras de una entrada de este blog en la que vemos el crecimiento de algunas partidas del gasto sanitario público y del PIB entre 1991 hasta 2009. El gasto en farmacia de receta es la única partida del gasto que siempre ha crecido muchísimo más que el PIB. El gasto de personal es la única que siempre ha crecido por debajo del PIB (excepto en 2009).



Evolución del gasto en farmacia de receta y del gasto en farmacia hospitalaria
Rescato otra figura de otra entrada de este blog en la que se ve el crecimiento del gasto en farmacia de receta del SNS y el del gasto en farmacia hospitalaria:


En 2013, el gasto en farmacia de receta se sitúa a nivel de 2003, mientras que el de farmacia hospitalaria duplica el de 2003 ¿Y qué dice Farmaindustria al respecto del crecimiento del gasto en farmacia de receta y del gasto en farmacia hospitalaria y cuáles son sus previsiones para 2015 y 2016? Lo podemos encontrar aquí y las figuras que muestran son las siguientes:
 



Evolución del gasto de personal en atención primaria y en atención especializada
¿Cuál ha sido la evolución del gasto de personal en primaria y en especializada desde 2002 hasta 2013? La siguiente figura de elaboración propia a partir de los datos de la EGSP actualizada hasta 2013 lo muestra:


Durante los últimos años de bonanza creció un 9,5% más el gasto de personal en atención especializada mientras que durante los primeros años de crisis (hasta 2013) el gasto de personal de atención primaria se ha reducido un 52,2% más que el de personal de atención especializada.
 
Los datos de la EGSP dejan claro que el 80% del total de los recortes efectuados en el gasto sanitario público de las CCAA desde su máximo de 2009 hasta 2013 corresponden al binomio gasto de personal + gasto en farmacia de receta. Sin embargo, vemos que el gasto público en farmacia hospitalaria crece y crece sin parar antes y durante los años de crisis.


Menos amenazas y más control del gasto farmacéutico hospitalario
Si el señor ministro quiere ligar el devenir de un gasto (farmacia) con el del otro (personal), debería empezar a hacer cuentas por separado para ambos sectores (primaria y hospital). Y si no lo va a hacer más vale que se deje de amenazas y trabaje para garantizar el salario de los profesionales igual que quiere garantizar (y ha garantizado con techos-suelo) el gasto farmacéutico.




Punción-aspiración con aguja fina de la prestación farmacéutica de receta en Muface y en el SNS

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Ya hemos visto la evolución comparada durante los últimos años de algunos indicadores. Ahora se biopsia con precisión la prestación farmacéutica del SNS y la de Muface en el último año que es posible comparar (2013). En ambos regímenes enfocaremos con detalle aspectos tales como el importe y el coste por persona y por receta, y el copago por persona y por receta, todo ello según tipo de usuario (activo, pensionista).




MÉTODOLOGÍA Y PROCEDENCIA DE LOS DATOS
Se comparan los consumos farmacéuticos de “activos” y “pensionistas” en Muface y SNS referidos al último año disponible (2013). Para ello, se obtienen indicadores per cápita (importe a PVP y gasto) y se calculan las ratios Muface/SNS. De la misma forma se procede con los factores explicativos: PVP y gasto por receta y número de recetas por persona. También se informa del copago medio por persona y por receta. Dado que el Gobierno español ha dejado de publicar la serie histórica sobre consumos de activos y pensionistas, los indicadores referidos al SNS se han obtenido o calculado a partir de los datos presentes en el informe Utilización de medicamentos y productos sanitarios en el Sistema Nacional de Salud en 2013 de la revista Panorama Actual del Medicamento del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF), entidades encargadas de la facturación de ambas recetas (la de Muface y la del SNS). Los datos de población de activos y pensionistas en el SNS proceden del Boletín Informativo de la Seguridad Social (pág. 299). Las variables referidas a Muface se han obtenido o calculado a partir de los datos presentes en su Memoria 2013. El gasto por persona en Muface se ha calculado extrapolando los mismos porcentajes de descuento y deducciones recogidos en la revista del CGCOF. El lector interesado puede consultar los cálculos en esta hoja Excel.



RESULTADOS
Las ratios Muface/SNS de las variables de interés se presentan en la siguiente tabla y gráfico. Una ratio de 1,500 implicaría que la variable de interés es un 50% superior en Muface; y una ratio de 0,500 indicaría que el valor de la variable en Muface equivale al 50% del valor que muestra dicha variable en el SNS.









Puede observarse que cuando comparamos colectivos globales las ratios Muface/SNS de consumo oscilan en torno a 1, pero cuando las variables se desglosan por tipo de usuario (activo y pensionista) las ratios se alejan considerablemente de la unidad.

Así, en el global del colectivo vemos que la receta de Muface es de mayor PVP (1,077) pero de similar coste público (0,972), mientras que el importe a PVP y gasto por persona mutualista es algo inferior (0,897 y 0,810, respectivamente) debido al menor uso de recetas por persona (0,833).


Sin embargo, las ratios por tipo de usuario ponen de manifiesto que en activos hay sobreconsumo en Muface tanto en importe (1,125) y gasto (1,182) por receta como en uso de recetas per cápita (1,313), con un menor copago por receta (0,943), lo que explica que, comparado con el activo del SNS, el de Muface muestre un considerable mayor consumo per cápita (un 48% mayor a PVP y un 55% en gasto).


En el caso del pensionista, todos las ratios dan un vuelco en sentido contrario, salvo el PVP por receta que sigue siendo algo más alto en Muface (1,076) y el gasto por receta que es algo inferior (0,925). Las demás ratios de consumo per cápita del mutualista pensionista (nº de recetas, importe a PVP y gasto para el erario público) descienden considerablemente hasta situarse en torno a una ratio de 0,5, es decir, la mitad de las cifras del pensionista del SNS. Sin embargo, los copagos del pensionista de Muface son sensiblemente mayores, tanto el copago por persona (1,728) como, sobre todo, el copago por receta (3,275), más del triple de lo pagado por el pensionista del SNS. Este último indicador es el que mejor representa el copago real soportado por la mayoría de los mutualistas pensionistas pues, como luego veremos, el copago per cápita en el pensionista mutualista está sesgado a la baja dado que hay mutualistas con antecedentes de doble cotización a la SS que tienen la posibilidad legal de eludir el mayor copago mutualista usando la receta del SNS. 




COMENTARIOS
DUPLICIDADES DE COBERTURA

Una parte del colectivo de Muface compatibiliza legal o ilegalmente su condición de mutualista con la tarjeta sanitaria del SNS (duplicidad de cobertura). Por ello, esta parte del colectivo con doble cobertura dispone de ambas tarjetas (la de Muface y la del SNS) y puede usar indistinta y sincrónicamente tanto la receta de Muface como a la receta del SNS. El hecho de la doble cobertura (legal o ilegal) fue señalado por el Tribunal de Cuentas (noticia e informe) y afectaba en 2003, al menos, a más de 213.000 mutualistas (más del 13% del colectivo). La duplicidad era ilegal en casi la mitad de ellos (100.468 personas) que en su mayor parte tenían la condición de beneficiario de algún titular de Muface. La duplicidad era legal en 113.462 personas que disfrutaban de la doble y sincrónica protección sanitaria (SNS y Muface) pero esta vez ajustada a derecho pues tenían la doble condición de titular en Muface y en el SNS por sus antecedentes de doble cotización a ambos regímenes (Muface y SS). La mayoría de las duplicidades ilegales ocurrían en sujetos beneficiarios de algún titular de Muface. Probablemente como consecuencia de ello, la ratio beneficiario/titular, todavía hoy, es mucho mayor (casi el doble) en Muface que en el SNS. Dicha ratio era en 2013 de 0,33 en la población atendida por el SNS (pág. 34 de este Informe Estadístico del INSS) y en Muface era de 0,59 (pág. 65 de su Memoria 2013). No parece que estemos hablando de poblaciones muy comparables cuando la proporción de beneficiarios en Muface es prácticamente el doble que en el SNS. 



SELECCIÓN DE RIESGOS
PRIMERA VÍA
Es llamativo que la elección del mutualista por la provisión de las aseguradoras privadas no supone su ruptura con la asistencia pública del SNS, ya que ésta sigue siendo accesible por vía urgente o mediante cambios anuales o extraordinarios hacia la provisión pública del SNS. Estos cambios ordinarios o extraordinarios no afectan a la receta que sigue siendo mutualista y las farmacias la facturan a Muface y nunca al SNS, por mucho que puedan verse motivados por la aparición de determinadas enfermedades graves y costosas que el mutualista crea son mejor atendidas en el SNS. Pero estos cambios ordinarios o extraordinarios sí suponen una vía a la selección de riesgos como bien se sabe desde hace muchos años (Pellisé L, 1996).

SEGUNDA VÍA
La segunda vía a la selección de riesgos, y esta sí afecta a la receta, es la facilitada por la posibilidad de utilizar la receta del SNS por aquellos mutualistas con doble cobertura (legal o ilegal) con el SNS. Una posibilidad que el activo de Muface nunca ejercerá pues se vería sujeto a un mayor copago por envase. Pero sí puede ejercer el pensionista mutualista plurimedicado que tenga que hacer frente a una cuantía agregada de copago elevada si usara la receta de Muface pero que si usa la del SNS se vería exento de copago (hasta julio de 2012) o sujeto a un copago por envase mucho menor y topado desde entonces. Vemos, pues, como el modelo mutualista de copago farmacéutico parece estar diseñado para disuadir (o desviar al SNS) la demanda de medicamentos en las cohortes de edad con mayor probabilidad de enfermar (los pensionistas), lo que podría beneficiar indirectamente a las aseguradoras contratadas que cubren la prestación médica si la disuasión o el desvío implicara también un menor o nulo uso de dicha provisión privada.




MENOR ENVEJECIMIENTO POBLACIONAL DEL COLECTIVO MUTUALISTA DE MUFACE
Sabemos del mejor estado de salud del colectivo mutualista y su menor envejecimiento poblacional por investigación a partir de datos de la ENS (Rodríguez M, 2004). Muface no publica en su memoria la pirámide poblacional de sus mutualistas por lo que es imposible determinar con certeza, entre otros, el envejecimiento poblacional del colectivo mutualista. Sin embargo, la mutualidad a través de su revista Muf@ce reconocía en el ejemplar del verano de 2007 que “MUFACE se viene ocupando de un número de personas mayores de 65 años de aproximadamente 180.000, lo que representa en torno al 12% de su colectivo total”. Ese año, las personas mayores de 65 años representaban en España según el INE el 17,5% de la población. Esta diferencia contrasta con la existencia de un porcentaje de pensionistas en Muface (27%) muy superior al del SNS (21%), lo que podría explicarse porque el régimen especial de las pensiones de clases pasivas permite acceder a la jubilación a los 61 años y, también, porque detrás de algunos beneficiarios de pensionistas podrían encontrarse duplicidades legales o ilegales de cobertura. 





CONCLUSIÓN
Una de las señas de identidad del régimen especial de Muface es su modelo de copago en farmacia de receta: 30% del PVP del envase, tanto en activos como en pensionistas, salvo medicación de aportación reducida (esto último compartido con el modelo de copago del SNS). Muface nació en junio de 1975 y, desde entonces, su modelo de copago no ha cambiado pese a que recientemente se subió el copago al general de los ciudadanos. El mantenimiento sin cambios del modelo de copago mutualista algunos autores lo atribuyen a que dicho modelo garantiza la eficiencia de la prestación farmacéutica de este régimen especial.

Sin embargo, de acuerdo con las evidencias publicadas en esta entrada y otras precedentes (aquí, aquí, aquí, aquí y aquí), la prestación farmacéutica mutualista no se caracteriza precisamente por su mayor eficiencia sino por todo lo contrario y, sobre todo, por la presencia de incentivos perversos que producen inequidades de acceso al medicamento y centrifugación de riesgos al SNS. 

Así lo demuestran las ratios descritas en esta entrada, que arrojan resultados tan poco ejemplares como el sistemático mayor precio de las recetas prescritas, el sobreconsumo de los mutualistas activos y el desfavorable trato que reciben sus pensionistas, en especial aquellos que no pueden hacer uso de la receta del SNS de modo legal por doble cotización o por otras vías menos legales.

No tenemos más que fijarnos en lo que tuvieron que copagar por cada receta durante el año 2013 los activos de uno y otro régimen (consultable su cálculo en la Excel). En Muface, cada usuario soportó un copago de 2,56 € por receta en su etapa activa y de 2,69 € en su etapa pensionista, mientras que en el SNS el activo copagó 2,72 € por receta y el pensionista copagó 0,82 € por receta. Es evidente que, después del trabajador activo del SNS, el más castigado por el copago farmacéutico en España es el pensionista mutualista.

El régimen mutualista genera desigualdades poco ejemplares en el acceso a los medicamentos, que benefician relativamente a los usuarios más sanos y poderosos  (activos) y perjudican a los menos influyentes y más enfermos (pensionistas), lo que favorece, además, la selección de riesgos. El que todo esto suceda sin que las autoridades sanitarias se pronuncien, además de ineficiente e inequitativo, resulta poco decoroso,  dada la pertenencia al mutualismo de gran parte de los miembros de los poderes ejecutivos, legislativos y judiciales del Estado.






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Referencias



Primaria vs. especializada en gasto de personal: mal para primaria antes de la crisis y peor después

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La mayor parte del gasto sanitario público se corresponde con el que hacen las Comunidades Autónomas (CCAA). En 2013 significaba el 92% del gasto sanitario público total. Dada la situación de precarización de las condiciones laborales de los profesionales sanitarios muy intensificada durante los últimos años, conviene conocer la evolución del gasto de personal dentro del gasto sanitario del SNS de las CCAA. Según los datos, dicha precarización parece más frecuente en el ámbito de la atención primaria que en la atención especializada pues la evolución del gasto de personal en ambos ámbitos desde 2002 hasta 2013 orienta en esa dirección.




Procedencia de los datos
Los datos proceden de la Estadística del Gasto Sanitario Público que acaba de publicar el Ministerio de Sanidad actualizada hasta 2013.


Evolución del gasto sanitario público de las CCAA
La siguiente figura muestra la evolución del gasto sanitario público de las CCAA desde 2002 hasta 2013.

¿En dónde se ha recortado más?
Gran parte de la reducción del gasto sanitario público ocurrida durante la crisis se ha producido en el gasto de personal y en el gasto en farmacia de receta. Como muestra la siguiente figura, las CCAA han reducido mucho más en el binomio gasto de personal + farmacia de receta que en el resto del gasto sanitario público. De hecho, durante los primeros años de recortes se reduce mucho el binomio gasto de personal + farmacia de receta pero no se reduce el resto del gasto que incluso muestra una ligera tendencia creciente que se rompe a la baja sólo en 2013.




Gasto de personal y en farmacia de receta como parte del gasto sanitario público
El gasto de personal representaba en 2013 el 46,1% del total del gasto sanitario público gestionado por las CCAA, mientras que la farmacia de receta representaba el 17,6%. Según la evolución de estos porcentajes desde 2002 hasta 2013 que muestra la siguiente figura parece que la reducción ha sido mayor en el gasto en farmacia de receta que en el gasto de personal.



Evolución del gasto de personal y en farmacia de receta
La siguiente figura muestra la evolución del gasto de personal y del gasto en farmacia de receta de las CCAA desde 2002 hasta 2013.


Evolución del gasto de personal en atención primaria y en atención especializada
La siguiente figura muestra la evolución del gasto de personal en atención primaria y en atención especializada de las CCAA desde 2002 hasta 2013.


Crecimiento acumulado del gasto sanitario público, del gasto de personal y del gasto en farmacia de receta
La siguiente figura muestra el crecimiento acumulado (Indice 2002=100) del gasto de personal (en atención primaria y en atención especializada), del gasto en farmacia de receta y del gasto sanitario público total en las CCAA desde 2002 hasta 2013.





Conclusiones

Hasta 2013 se reduce proporcionalmente más el gasto en farmacia de receta que el gasto de personal pero el montante de la reducción es mayor en el gasto de personal
Desde los máximos de 2010 el gasto en farmacia de receta se ha reducido un 22,4%. El gasto de personal se ha reducido un 11% desde los máximos de 2009. Sin embargo, y dado su mayor peso en el total del gasto, el montante de la reducción es mayor en el gasto de personal (3.228,309 millones de €) que en el gasto en farmacia de receta (2.878,697 millones de €).


Hasta 2013 se reduce proporcionalmente más el gasto de personal en atención primaria que el de atención especializada pero el montante de la reducción es mayor en el gasto de personal de atención especializada
Desde los máximos de 2009 el gasto en personal de especializada se ha reducido un 10,1% pero el gasto de personal de atención primaria se ha reducido un 15,4%. Sin embargo, y dado su mayor peso en el total del gasto, el montante de la reducción es mayor en el gasto de personal de atención especializada (1.990,458 millones de €) que en el gasto de personal de atención primaria (1.165,575 millones de €).


Personal y medicamentos de receta diana principal de los recortes
Desde máximos en 2009, el gasto sanitario público de las CCAA se redujo en 7.641,675 millones de € en 2013: 3.228,309 millones se recortaron en personal y 2.862,310 millones en medicamentos de receta. Significa ello que el 80% (3.228,309 + 2.862,310 = 6.090,628 millones) del total recortado (7.641,675 millones)  correspondió a personal y farmacia de receta, un binomio que representaba en 2009 el 65,6% del total del gasto sanitario público de las CCAA.


Gasto de personal: mal para primaria antes de la crisis y peor después
Vemos como el gasto de personal de atención primaria se ha reducido durante los primeros años de crisis un 52,2% más que lo que se ha reducido el gasto de personal de atención especializada. Pero no sólo eso. Durante los años previos de bonanza también creció más el gasto de personal en especializada que el gasto de personal en atención primaria. Así, entre 2002 y 2009 el gasto de personal en atención especializada creció un 9,5% más que el de personal de atención primaria.


Más despidos y precariedad laboral en atención primaria que en especializada
La principal conclusión es evidente: durante los últimos años de bonanza creció un 9,5% más el gasto de personal en atención especializada mientras que durante los primeros años de crisis (hasta 2013) el gasto de personal de atención primaria se ha reducido un 52,2% más que el de personal de atención especializada. Puesto que las actuaciones durante la crisis sobre los salarios y sobre las reposición de vacantes han sido teóricamente idénticas en atención primaria y en especializada, no queda otra que concluir que el despido (la no continuidad de contratos a personal temporal) y la precariedad laboral (contratos por días e incluso por horas) han sido mucho más intensos en atención primaria que en atención especializada.















Realidad de la prestación mutualista en farmacia de receta: "peor después de 6 cervezas"

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Leer las seis entradas referidas a la prestación mutualista en farmacia de receta (una,dos, tres, cuatrocinco y seisproduce lo contrario que lo mostrado por la imagen. En ella, la realidad se interpreta mejor después de tomarse uno seis cervezas. Sin embargo, la realidad de la prestación mutualista en farmacia de receta se intuye peor tras la lectura de las seis entradas.


En las seis entradas se han revisado algunos aspectos relevantes de la prestación mutualista en farmacia de receta. Desde el cuestionamiento de su ejemplaridad, pasando por el importe y el gasto de la prescripción, la eficiencia e intensidad de la misma,  sus repercusiones sobre el copago, etc. Y se ha hecho en términos generales y evolutivos durante los últimos años y también enfocando con precisión muchos de estos aspectos referidos al año 2013 (último disponible). Todo ello, en comparación con la prestación en farmacia de receta del Sistema Nacional de Salud (SNS). 


Algunos indicadores no ofrecen lugar a dudas. Por ejemplo, el gasto por receta, hasta hace pocos años siempre sustancialmente más bajo en Muface que en el SNS, se ha igualado desde 2010 con el del SNS. En el caso de otros indicadores es muy improbable que se igualen pues, en el fondo, las poblaciones protegidas por ambos regímenes no parecen muy comparables.


Poblaciones poco comparables
En efecto, una de las principales conclusiones es la que afecta a la comparabilidad de ambas poblaciones (Muface y SNS) en aspectos clave relacionados con el consumo de medicamentos. El mejor estado de salud percibida del colectivo mutualista y su menor envejecimiento poblacional, son conocidos por investigación con datos procedentes de la ENS (Rodríguez M, 2004). El menor envejecimiento poblacional del colectivo Muface viene a confirmarlo la propia mutualidad en su revista Muf@ce reconociendo en 2007 que “MUFACE se viene ocupando de un número de personas mayores de 65 años de aproximadamente 180.000, lo que representa en torno al 12% de su colectivo total”. Ese año, las personas mayores de 65 años representaban en España el 17,5% de la población según el INEEste mejor estado de salud percibida y menor envejecimiento poblacional contrasta con algunos de los hallazgos presentados en las entradas como, por ejemplo, el mayor consumo de medicamentos por parte de los activos mutualistas, casi un 50% mayor que los activos del SNS. Las diferencias abrumadoras en la intensidad de la prescripción entre los colectivos de ambos regímenes orientan, efectivamente, hacia una menor presencia de enfermedad en el colectivo mutualista que se intuye, además, menos envejecido y más feminizado que la población protegida por en SNS. Además, existen mecanismos de selección de riesgos que facilitan que los peores riesgos farmacéuticos acaben en el SNS, lo que contribuye a que las dos poblaciones sean progresivamente menos comparables.



Doble cobertura legal o ilegal
Una parte del colectivo de Muface compatibiliza legal o ilegalmente su condición de mutualista con la tarjeta sanitaria del SNS (duplicidad de cobertura). Por ello, esta parte del colectivo con doble cobertura dispone de ambas tarjetas (la de Muface y la del SNS) y puede usar indistinta y sincrónicamente tanto la receta de Muface como a la receta del SNS. El hecho de la doble cobertura (legal o ilegal) fue señalado por el Tribunal de Cuentas (noticia e informe) y afectaba en 2003, al menos, a más de 213.000 mutualistas (más del 13% del colectivo). La duplicidad era ilegal en casi la mitad de ellos (100.468 personas) que en su mayor parte tenían la condición de beneficiario de algún titular de Muface. La duplicidad era legal en 113.462 personas que disfrutaban de la doble y sincrónica protección sanitaria (SNS y Muface) pero esta vez ajustada a derecho pues tenían la doble condición de titular en Muface y en el SNS por sus antecedentes de doble cotización a ambos regímenes (Muface y SS). La mayoría de las duplicidades ilegales ocurrían en sujetos beneficiarios de algún titular de Muface. Probablemente como consecuencia de ello, la ratio beneficiario/titular, todavía hoy, es mucho mayor (casi el doble) en Muface que en el SNS. Dicha ratio era en 2013 de 0,33 en la población atendida por el SNS (pág. 34 de este Informe Estadístico del INSS) y en Muface era de 0,59 (pág. 65 de su Memoria 2013). No parece que estemos hablando de poblaciones muy comparables cuando la proporción de beneficiarios en Muface es prácticamente el doble que en el SNS. Otra prueba más de que no se trata de poblaciones muy comparables.




Incentivos y mecanismos de selección de riesgos farmacéuticos y no farmacéuticos
NO FARMACÉUTICOS
Que algunos líderes de la sanidad privada propongan extender el modelo Muface a los funcionarios locales y autonómicos resulta hasta comprensible. Lo que ya se entiende menos es que desde la academia se defienda lo mismo bajo el paraguas del estudio científico sin considerar en ningún momento los efectos del descremado de riesgos que opera en Muface y que se conoce desde hace lustrosLa elección del mutualista por la provisión de las aseguradoras privadas no supone su ruptura con la asistencia pública del SNS, ya que ésta sigue siendo accesible por vía urgente o mediante cambios anuales o extraordinarios hacia la provisión pública del SNS. Estos cambios ordinarios o extraordinarios, que pueden verse motivados por la aparición de determinadas enfermedades graves y costosas que el mutualista crea son mejor atendidas en el SNS, suponen una vía a la selección de riesgos como bien se sabe desde hace muchos años (Pellisé L, 1996). Una selección de riesgos que, además,  contribuye a la no comparabilidad de ambas poblaciones. Sin embargo, estos cambios ordinarios o extraordinarios del mutualismo al SNS, pese a suponer un mecanismo de selección de riesgos, no afectan a la receta que sigue siendo mutualista y las farmacias la facturan a Muface y nunca al SNS.

FARMACÉUTICOS
Cuestión clave es la relacionada con los incentivos y mecanismos que facilitan la selección de riesgos farmacéuticos. El principal mecanismo de selección de riesgos farmacéuticos es el promovido por el diferente copago al que están sujetos los colectivos de ambos regímenes. Y el mecanismo operaría en aquellos mutualistas con doble cobertura (legal o ilegal) con el SNS al poder usar indistintamente la receta mutualista o la del SNS. El principal inductor a la selección de riesgos es el mayor copago al que está sujeto el mutualista pensionista comparado con la ausencia de copago en el pensionista del  SNS (hasta julio de 2012) o su mucho menor copago desde entonces. Aquellos pensionistas mutualistas pluripatológicos y plurimedicados que se ven obligados a copagar una considerable cantidad si usan la receta mutualista dejan de usarla y se pasan a la receta del SNS en el caso de tener doble cobertura (legal o ilegal) con el SNS. El diferente copago farmacéutico entre ambos regímenes, opera en sentido inverso en el caso del activo mutualista. El mutualista activo ha tenido siempre un copago inferior al del activo del SNS y, en el caso de tener doble cobertura (legal o ilegal), no hará uso de la receta del SNS pues si lo hace copagará más. Este mecanismo de centrifugación de los peores riesgos farmacéuticos desde Muface al SNS lleva normalmente aparejado también peores riesgos médicos, pues normalmente quien es plurimedicado lo es por pluripatológico. Este mecanismo de selección de riesgos farmacéuticos tiene mucho que ver la mayor cuantía en Muface respecto del SNS del gasto y del importe de la prestación por activo, mientras que ocurre lo contrario en el caso del pensionista.




Mutualista: ¿peor salud cuando es activo y mejor salud cuando es pensionista?
Es lo que parece desprenderse del análisis comparado (Muface vs. SNS) del gasto y del importe de la prescripción por activo y por pensionista.  El colectivo mutualista consume más medicamentos (casi un 50% más) que la media del país cuando son activos y mucho menos (casi la mitad) que la media cuando pasan a pensionistas. Ocurre como si su salud se deteriorara mucho menos que la de los demás ciudadanos justo a partir de la jubilación, precisamente cuando la enfermedad empieza a ser cada vez más prevalente. Evidentemente, la explicación de esto es el descremado de riesgos farmacéuticos canalizado por la existencia de duplicidades de cobertura e inducido por el mayor copago al que se ve sujeto el mutualista pensionista con doble cobertura (legal o ilegal) si usa la receta mutualista en vez de la del SNS.




Prestación más inadecuada y menos eficiente pese a la selección de riesgos
Pese a todo este mecanismo centrifugador de riesgos farmacéuticos desde Muface al SNS, la prescripción mutualista es menos eficiente que la del SNS. Y además, se detectan indicios de una mayor inadecuación por exceso en el uso de determinados medicamentos como, por ejemplo, antibióticos, sysadoas, calcio, raloxifeno, rosuvastatina, entre otros. Esto quizá pueda tener que ver con que la prescripción en el ámbito mutualista sea en su amplísima mayoría efectuada por médicos especialistas de aseguradoras privadas cuya factura muestra un perfil de utilización singular, con menor peso de determinada medicación crónica, menor utilización de genéricos y mayor uso de principios activos de elevado coste y de reciente comercialización como se ha visto en alguna de las entradas de la serie y ya se había detectado en algún estudio (García C. 2006).




Copago mutualista: inequitativo e inductor de la selección de riesgos
El copago mutualista, además de inductor de la selección de riesgos, es una auténtica barrera para el acceso al medicamento para aquellos pensionistas mutualistas pluripatológicos y plurimedicados que no pueden hacer uso legal (o ilegal) de la receta del SNS y no les queda otra que usar la receta mutualista. 
Es urgente aplicar un cortafuegos al mecanismo inductor de la selección de riesgos farmacéuticos en Muface (y resto del mutualismo). El cortafuegos solo puede ser este: el copago de los pensionistas ha de ser idéntico en ambos regímenes y el copago de los activos también. Para ello hay que implantar en ambos regímenes el menos malo de los dos modelos de copago. Es decir, extender el modelo de copago del SNS al mutualismo. Y sería muy importante, puestos a hacer cambios y para evitar una de las mayores inequidades de nuestra sanidad pública, topar el copago de los activos en una cifra aceptable y consensuada, en cómputo anual, actualizable por IPC (como se actualizan los topes del copago pensionista y de la aportación reducida), aunque para ello hubiera que subir el copago de todos los activos al tipo máximo actual del 60% (o, incluso, del 70%) del PVP del envase, exceptuando únicamente el colectivo de muy bajos ingresos, el actual TSI001.




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Referencias
Pellisé L. Regulación de la competencia en el sistema sanitario de seguros español. Captación y selección de riesgo en el modelo MUFACE. En: Política y gestión sanitaria. La agenda explícita. Barcelona: SG Editores; 1996. Págs. 301-320.

Rodríguez M, Stoyanova S. The effect of private health insurance access on the choice of GP/specialists and public/private provider in Spain. Health Econ. 2004;13:689-703.



 


La serpiente abre la boca de nuevo: ¡ ya no más tomaduras de pelo !

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Hace aproximadamente un año, el que fuera "eterno ministro en la sombra" y Secretario de Sanidad durante los años ministeriales de Elena Salgado, Bernat Soria, Trinidad Jiménez y Leire Pajín, andaba preocupado por la "deriva" de la atención primaria. Por ello, como portavoz de sanidad del grupo parlamentario socialista decidió presentar en mayo de 2014 en nombre de dicho grupo una proposición no de ley para su debate en la Comisión de Sanidad y Servicios Sociales con el objetivo de impulsar la atención primaria de salud. La propuesta principal era "Elaborar y desarrollar una nueva estrategia para el impulso y modernización de la atención primaria de salud en el marco del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud". Es decir, se proponía un bis del  AP21. 


A tan novedosa y avanzada propuesta dediqué una entrada en su momento. En dicha entrada mostraba, además, un gráfico con el incremento acumulado del gasto nominal en atención primaria y en atención especializada desde el año 1984 que se inició la reforma hasta 2012 (último año para el que existían datos), a partir de la información contenida en la Estadística del Gasto Sanitario Público. El gráfico mostraba el dibujo de una serpiente con una gran boca abierta debido al intenso descenso del gasto en atención primaria desde 2009 hasta 2012.

Este año se repite la historia. Martínez Olmos vuelve a firmar junto con otros diputados del grupo socialista, en un intento de rescatar el AP21, la presentación en nombre del PSOE de una nueva proposición no de ley. Se propone exactamente lo siguiente:


El empeño en resucitar a un AP21 más que muerto es verdaderamente asombroso, así como los lugares comunes manoseados hasta la náusea. Nuevamente desliza el PSOE propuestas tan generales que cualquier partido, desde el PP hasta Bildu, podría poner sin ningún problema en su programa electoral en las próximas elecciones generales de noviembre. Yo mismo, si me pusiera, podría redactar 30 o 40 propuestas parecidas a estas que sirvieran para rellenar programas electorales a porrillo, tan prolijos como vacuos. 

Martínez Olmos conoce muy bien los entresijos del Ministerio y quizá, en vez de intentar resucitar a los muertos para entretenernos unos años más, podría darnos alguna explicación del deterioro presupuestario sufrido por la atención primaria entre 2008 y 2012 cuando él tenía la responsabilidad de gobierno.

He actualizado el dibujo de la serpiente con nuevos datos de la Estadística del Gasto Sanitario Público (EGSP). La serpiente vuelve a abrir la boca y se muestra igual o más fea que hace un año. Este es el dibujo actualizado:


Por cierto, y sin querer hacer leña del árbol caído, me he entretenido en actualizar una diapositiva que ya presenté en la mesa de la REAP del congreso SESPAS de 2013 en Granada. La diapo presenta el incremento real (nominal ajustado por IPC) de las principales partidas funcionales del gasto durante distintos periodos según el color del Gobierno central desde el inicio de la democracia hasta 2013. Y estos son los resultados:


Como se ve, y en contra de lo que muchos pudieran pensar, sólo durante los Gobiernos centrales del PP (periodo 1996-2004 y año 2013) el crecimiento o decrecimiento del gasto en atención primaria ha sido idéntico al de atención especializada. Habrá que esperar a próximas actualizaciones de la EGSP para ver qué ha ocurrido durante la legislatura de Rajoy y su motosierra pero las reducciones del primer año del Rajoyato (2013) han sido idénticas para la atención primaria y para la especializada. Los incrementos también fueron prácticamente idénticos durante las dos legislaturas del Aznarato. 

Se puede afirmar sin error alguno que el maltrato presupuestario de la atención primaria respecto de especializada ocurrido desde 1984 hasta 2013 ha tenido lugar únicamente durante los dos periodos de Gobierno central socialista: el Felipato (1982-1996) y el Zapaterato (2004-2012).

Por lo tanto, el PSOE no sólo ha de dar explicaciones del deterioro presupuestario de la atención primaria respecto de la especializada ocurrido entre 2004 y 2012, también debería darlas del ocurrido durante el periodo 1982-1996, especialmente entre 1982 y 1990 en el que prácticamente todo el poder sanitario del país (central y autonómico) estaba su manos. 

Es cierto que la sanidad está transferida a las CCAA y que son estas en última instancia las auténticas responsables de su gasto sanitario y distribución. Pero esto no siempre ha sido así. La voluntad política (p. e. la de potenciar la atención primaria), si existe, es más probable hacerla realidad si hay estabilidad política, bonanza económica, y menor necesidad de llegar a acuerdos para gobernar. En estos tres aspectos, los ocho primeros años de la primera etapa socialista (1982-1990) fueron superiores a los años precedentes de gobierno central de la UCD. Tan sólo Cataluña, desde 1981, tenía transferidas las competencias sanitarias y su gobierno nacionalista gestiona su sanidad. Excepción hecha de Cataluña, el INSALUD gestiona toda la sanidad pública del país en los primeros años de poder socialista. Andalucía recibía las trasferencias sanitarias en 1984, la Comunidad Valenciana y el País Vasco las recibieron en 1987. Pese a ello, el PSOE acumuló al poder sanitario central (Ministerio de Sanidad e INSALUD) el sanitario autonómico de Andalucía y la Comunidad Valenciana, comunidades donde gobierna en solitario en el momento las transferencias y hasta más allá de culminada la universalización de facto del sistema en 1990. Además, el poder sanitario autonómico vasco también estaba en manos del PSOE, que gobernaba en coalición con el PNV durante la tercera legislatura vasca entre 1987 y 1991. Por lo tanto, entre 1982 y 1990, el PSOE pudo decidir la política sanitaria nacional y la inmensa mayor parte de la autonómica transferida, incluida la cuantía del presupuesto sanitario y la de cada uno de sus sectores, sin necesidad de acordar prácticamente nada con nadie. Y lo que decidió fue esto:


Situados en los primeros años del desarrollo de la reforma, y pese al favorable contexto económico, la estabilidad política, casi la totalidad del poder sanitario central y autonómico en manos del PSOE y el notable incremento de cobertura (práctica universalización de facto del sistema), el presupuesto de la atención primaria es, incomprensiblemente, el que menos crece de absolutamente todos los sectores entre 1982 y 1990 (el gasto en atención especializada crece un 70% más que el de primaria y el gasto sanitario un 62% más). Sorprendentemente, la atención primaria, aquello que explícitamente se quería modernizar mediante una reforma, es precisamente el sector que menos incrementa, mucho menos que los demás, su presupuesto, justo en los primeros años de su reforma y con un incremento de más de 7 millones más de personas que atender por la universalización de facto efectuada durante esos años.





Más le valdría al PSOE insistir menos en la resurección de los muertos y hacerle más caso al informe de la Fundacion Alternativas dirigido por Javier Rey (Análisis y propuestas para la regeneración de la sanidad pública en España). Por cierto, si tanto le gusta al PSOE el AP21 y la atención primaria, tras un tercio de siglo gobernando Andalucía, la primaria andaluza debería ser modelo universal y de desarrollo del AP21. ¿Lo es acaso? Obsérvese la gran potenciación de la atención primaria que entrañan las "8 líneas maestras" en sanidad del pacto entre PSOE y Ciudadanos en Andalucía:





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Para más información:
Deuda histórica de financiación de nuestra atención primaria





¡Resucitar a los muertos nunca ha sido 
la mejor estrategia para recuperar votos!





Salvo que el AP21, en vez de muerto, estuviera de parranda


Público y privado en sanidad durante los primeros años de crisis

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Es público el 87% del gasto sanitario del país A de la figura adjunta, mientras que en el B lo es el 45%. Ambos son de la OCDE (fuente de datos). Con esta información hay que responder a la pregunta: ¿en qué país es más probable que exista una sanidad pública universal? Cuando con esta diapo he preguntado esto en diversos foros, el respetable casi siempre contestaba que era más probable que tuviera una sanidad pública universal el país A que el país B. La presunción se confirmaba cuando en la diapo aparecía que el país A es Luxemburgo y el país B es EEUU. Pero, tras esta diapo solía poner esta otra con trampa y con la misma pregunta...






El público solía responder, nuevamente en buena lógica, que el país B era el que tenía una mayor probabilidad de tener una sanidad pública universal. A continuación desvelaba la trampa, pues no se trataba de tres países diferentes sino de un único país: España. Los porcentajes no reflajaban más que la parte pública/privada del nuestro gasto sanitario, de nuestro gasto sanitario hospitalario y de nuestro gasto sanitario ambulatorio. Nuevamente la OCDE era la fuente de datos.



¿A dónde quería hacer llegar a la concurrencia con este juego de diapositivas? Pues a considerar que quizá el sector ambulatorio de nuestra sanidad pública no sea tan universal como se propaga o, al menos, no tan universal como nuestro sector hospitalario público.  

Sobre esta cuestión ya he escrito en algunas entradas de este blog (aquí y aquí) y en algunos artículos (aquí, aquí y aquí). La menor universalización del sector sanitario ambulatorio público español es uno de los elementos que contribuyen al descremado sociológico de la atención primaria. ¿Y porqué una nueva entrada sobre lo mismo? ¡Qué cansino este Simó!

La novedad se encuentra en la fuente de datos. Para lo escrito en este blog y lo publicado en diversos artículos he utilizado siempre fuentes de datos oficiales (Encuesta de Presupuestos Familiares del INE, Health Data OCDE y otros) pues el Ministerio de Sanidad apenas difundía más información sobre gasto sanitario que aquella referida al público (Estadística del gasto sanitario público). La novedad, como digo, es ahora que el propio Ministerio informa con suficiente detalle del gasto sanitario español en su conjunto, tanto del público como del privado. Y lo hace aquí. Y es especialmente ilustrativo este documento de apenas 17 páginas en el que se informa de la evolución desde 2008 hasta 2012 de algunos aspectos del gasto sanitario total, del público y del privado (también disponible aquí por si desaparece de la web ministerial, pues últimamente desaparece demasiada información que figuraba en dicha web o deja de publicarse información que periódicamente se publicaba). 

Los rasgos principales de lo que se cuenta en este documento coinciden con lo publicado en este blog y los artículos. Repasaré, pues, alguna de la información contenida en dicho documento debido a la relevancia que tiene el carácter reciente de la información precisamente referida a los primeros años de crisis económica (2008 - 2012). Primero seleccionaré los gráficos o tablas más relevantes y luego haré un breve comentario.


Distribución del gasto sanitario: público y privado


Gasto sanitario total. Contribución porcentual del gasto público
 y del gasto privado. España, 2008-2012


Evolución del gasto sanitario en España


Gasto sanitario hospitalario y ambulatorio en España 
(total, público y privado)


Gasto sanitario total, público y privado de los hospitales 
según modo de producción


Gasto sanitario total, público y privado de los proveedores de 
atención ambulatoria según modo de producción



Gasto sanitario privado según agente de financiación



Gasto sanitario público según agente de financiación


Gasto sanitario público según proveedor de atención de la salud



Comentarios
En 2012 la parte pública del gasto sanitario era del 71,7% y la privada del 28,3% (gráfico 5). Como muestra el gráfico 2, la parte privada ha ido creciendo durante los primeros años de crisis desde un 27,0% en 2008 hasta un 28,3% en 2012. Ello ha ocurrido, como muestra la tabla 1, por una menor reducción en términos absolutos del gasto privado respecto del público en 2009 y por un crecimiento del privado el resto de los años mientras el público se reducía.

Las tablas 4, 8 y 9 muestran como la inmensa mayor parte del gasto sanitario hospitalario en España es público. Según la tabla 8, el 93,25% del gasto hospitalario fue público en 2012. Del mismo modo, según la tabla 9, fue público en 2012 el 51,42% del gasto sanitario ambulatorio. Según esta misma tabla, el gasto en consultas a dentistas es una parte importante del gasto sanitario privado, pero también lo es el gasto en consultas a médicos y a otros profesionales de la salud. Si lo relacionamos con todo el gasto sanitario privado de 2012 (27.064 millones de €, según la tabla 1), el gasto en consultas a dentistas (5.293 millones) representa el 19,56% del total y las consultas a otros médicos o profesionales de la salud (4.266 + 1.722 = 5.988 millones) representa el 22,12% de todo el gasto sanitario privado.

Por cierto, el lector echará en falta que se hable en este documento del gasto en atención primaria. La codificación y terminología utilizada en este documento son las recomendadas en el manual A System of Health Accounts publicado en 2000 por la OCDE y difieren de las utilizadas en la Estadística del Gasto Sanitario Público. No obstante, podemos identificar algo muy parecido al gasto en atención primaria en la tabla 9: se trata de los 8.328 millones de € ligados al epígrafe "centros de atención ambulatoria" que, por cierto, según el ministerio no existen en el ámbito privado por lo que bajo ese epígrafe consta un cero patatero de gasto privado. Es evidente que esta clasificación de proveedores de atención ambulatoria que utiliza el Ministerio (a la que, por cierto, no le obliga la OCDE), es algo artificial pues todos conocemos policlínicas ambulatorias privadas donde los españoles pueden ir con el dinero por delante a consultar con los médicos que allí trabajan. Es evidente que a eso el Ministerio ha preferido denominarlo "consultorios médicos" y le asigna 4.266 millones de € de gasto sanitario privado. Más prueba de artificiosidad es que en el sector público, el Ministerio distingue los "consultorios médicos" (con un gasto atribuido de 1.840 millones de €) y los "centros de atención ambulatoria" (con 8.328 millones de €). ¿Qué diferencia una cosa de la otra? ¿Por qué un gasto privado de cero € en "centros de atención ambulatoria"? 

En todo caso, cuando hablamos del gasto sanitario privado que figura en la tabla 9 estamos hablando de gasto en forma de pago directo. Esto se aclara muy bien en la tabla 11. Como ya se ha comentado en este blog, la inmensa mayor parte del gasto sanitario privado en España lo es en forma de pago directo al proveedor. El 77,1% del gasto sanitario privado español en 2012 era en forma de pago directo y el 20,3% se destinaba a la compra de seguros médicos privados (tabla 11).

La tabla 10 muestra como a partir de 2009 se termina la tendencia alcista que venía experimentando históricamente el gasto sanitario público. A partir de entonces y hasta 2012, el gasto sanitario público cae un 9% por efecto de las medidas para reducir el déficit público adoptadas a partir de mayo de 2010 cuando ZP se cayó del caballo y reconoció urbi et orbe la situación de crisis económica.

En el gráfico 7 se refleja la distribución del gasto público en el año 2012 destinado a sufragar la prestación de servicios sanitarios de los principales proveedores, según la titularidad pública o privada de los medios de producción. Se observa que más de la mitad del gasto sanitario público dedicado a financiar la asistencia prestada en establecimientos de atención medicalizada y residencial corresponde a conciertos con entidades privadas. Igualmente, el 30,6 % del gasto de atención ambulatoria y el 11,3 % del gasto en atención hospitalaria se dedicaron a sufragar servicios prestados en establecimientos sanitarios de titularidad privada. En cuanto a la evolución, y según reza textualmente la página 13 del documento: "la media anual de crecimiento del gasto sanitario público empleado en financiar medios de producción privados (conciertos) en el período 2008-2012 fue de un 2,7 por ciento en el caso de los proveedores de atención ambulatoria, de un 2,2 por ciento en el de los establecimientos de atención medicalizada y residencial y de un -1,8 por ciento en el de los hospitales". Es decir, entre 2008 y 2012 aumenta la proporción de dinero público para conciertos con proveedores privados pero disminuye la proporción de dinero público destinada a la provisión propiamente pública... y eso que todavía falta por llegar lo peor: el 2013 y el 2014.

Si esta información hubiera estado a disposición pública hace unos años (la serie publicada recientemente empieza en 2003) servidor hubiera tenido muchas menos dificultades para acceder a la información y datos que le permitieron publicar algunos artículos y entradas para este blog, como los siguientes:

Entradas:

Artículos:

Esperemos que no se quede aquí la cosa y que más pronto que tarde tengamos información para el año 2013 y siguientes como la que se describe aquí para el periodo 2008 - 2012.
Amén.

Gasto gasto de personal de primaria y especializada por CCAA (2002 - 2013)

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En una entrada anterior vimos como durante los años previos a la crisis el crecimiento del gasto de personal en la sanidad gestionada por las CCAA fue menor en atención primaria que en especializada. Por contra, el recorte de dicho gasto durante los primeros años de crisis ha sido más intenso en primaria que en especializada. Así, el gasto de personal de atención especializada creció un 9,5% más que el de primaria entre 2002 y 2009. Sin embargo, entre 2009 y 2013 el gasto de personal de atención primaria se redujo un 52,2% más que el de especializada. Dado que las actuaciones durante la crisis sobre los salarios y sobre las reposición de vacantes han sido teóricamente idénticas en atención primaria y en especializada, no queda otra que concluir que el despido (la no continuidad de contratos a personal temporal) y la precariedad laboral (contratos por días e incluso por horas) han sido mucho más intensos en atención primaria que en atención especializada. Esta última entrada de curso muestra qué ocurrió en cada una de las CCAA.



Crecimiento del gasto de personal: primaria vs. especializada.
Gasto sanitario de las CCAA. Periodo 2002 - 2013.





Conclusión

El comportamiento de las CCAA no ha sido, ni mucho menos, el mismo ni antes ni durante la crisis. Algunas, como Aragón, Cataluña, Murcia y Navarra se comportan privilegiando a todo tren y durante todo el periodo el gasto de personal en atención especializada frente al de atención primaria. Otras también lo han privilegiado pero muy levemente y no durante todo el periodo (Baleares y Castilla y León).
Otras privilegiaron, en mayor o menor medida pero claramente durante todo el periodo (antes y después de la crisis), el gasto de personal de atención primaria: Andalucía, Cantabria y Castilla - La Mancha.
Algunas reaccionan a favor de la atención primaria sólo durante la crisis: Asturias, Canarias y Galicia. Extremadura reacciona a favor de la atención especializada sólo durante la crisis.
El resto (Comunidad Valenciana, Madrid, País Vasco y La Rioja) trata muy por igual a ambos sectores (a destacar Valencia que lo hace al milímetro excepto en 2013).



¡¡¡¡¡FELIZ VERANO !!!!!!!


 
 
 
 
Presentación por Javier Rey del informe de la Fundación Alternativas
Análisis y propuestas para la regeneración de la sanidad pública en España.
Escuela Andaluza de Salud Pública, 10 de junio de 2015.
  



Una buena sanidad pública universal exige una atención primaria fuerte y para todos

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Presentación dentro de la Jornada Comencemos a mejorar la atención primaria de salud, organizada y celebrada en el Colegio de Médicos de Zaragoza el pasado 20 de junio.
 
 

A modo de resumen
Es evidente que la reforma ligada a la creación de los centros de salud y la especialidad de medicina de familia supuso una mejora importantísima respecto de la situación previa. Pero decir esto, treinta años después, es decir ya poco. Probablemente, la principal aportación de la atención primaria durante estas tres décadas ha sido en términos de equidad. La atención primaria es el principal dispositivo contra la inequidad que tenemos en la sanidad pública. Pero afirmar esto no implica dejar de reconocer como el estancamiento y la parálisis dominan nuestra atención primaria en un modelo casi agotado. 
 

Como en el cuento, la atención primaria está desnuda (poca financiación, poco poder dentro del sistema, etc.) y descalza (nula autonomía micro-organizativa). Por eso nuestra atención primaria necesita cambios. Es posible mejorar. Pese a todo, es posible evitar la descomposición. Es posible llegar a tener una atención primaria mejor para todos, una atención primaria querida por todos y de la que nos sintamos todos orgullosos. Nuestra atención primaria necesita más recursos económicos. Pero eso no es todo, ni tan siquiera lo más importante. Debe evolucionar. Necesitamos una atención primaria adulta, en donde los mejores puedan desarrollar todo su potencial profesional y se les reconozca por ello, en donde la capacidad de auto-organización y auto-dirección de profesionales responsables pueda desarrollarse y en la que ni profesionales ni pacientes sean su combustible. 
 
La atención primaria siempre ha estado muy tutelada por la Administración. En la mayoría de los países desarrollados es impensable que a los médicos de familia se les diga cómo tienen que organizarse hasta el mínimo detalle en sus consultas y centros de trabajo. Pero esta tutela, que al principio de la reforma pudo tener cierto sentido y percibirse como apoyo, ha devenido en rigidez, ha reprimido el gen profesional del médico de familia y ha anulado la posibilidad de que desde abajo surja la diversidad micro-organizativa. 
 
No podemos seguir siendo una organización de “funcionarios”, en el sentido del término que más desentendimiento conlleva, cuyo fin es realizar sin más unas tareas asignadas dentro de un horario establecido y bajo una normativa que regula hasta el más mínimo detalle: lo más alejado del deseable profesionalismo. Un profesionalismo que sólo puede ser asumido por una atención primaria fuerte, bien dotada de recursos, con capacidad de decisión clínica y organizativa, liderada por unos profesionales que asuman riesgos, rindan cuentas y no se resignen a una tutela paternalista de la administración que se ha revelado incapaz de hacerla evolucionar. 
 
Nuestra sanidad pública actual poco tiene que ver con la de hace tres décadas. De las insuficiencias de entonces hemos pasado a una sanidad en la que se producen más actuaciones inadecuadas por exceso que por defecto. Esta medicina de excesos ocurre cuando se confunden hiperactividad y proactividad. La fragmentación de la atención cada vez más prevalente en el mundo hospitalario contribuye a ello. Hay pacientes sobre los que se actúa en exceso al tiempo que se actúa de menos, o sencillamente no se actúa, en otros en los que sí se debería y no se hace porque no demandan o porque tienen mayores dificultades de acceso. La ineficiencia, la inequidad, la irracionalidad y el daño por hiperactividad son las consecuencias inmediatas, a menudo silenciosas e invisibles. Necesitamos una atención primaria y un médico de familia con mucha mayor capacidad para actuar de forma proactiva en la reducción de las desigualdades de acceso y como antídotos de la hiperactividad y la medicina de excesos.
 
Los pacientes saben muy bien que cuando encuentran un buen médico o enfermera de familia, encuentran un tesoro. Pero no se puede estimar lo que no se conoce. En España tenemos una dualización sanitaria que atenta contra la equidad y la eficiencia. Determinados grupos socioeconómicos poderosos e influyentes no cuentan dentro de su esquema de atención sanitaria financiada públicamente con un médico y enfermera de familia con cupo identificable, agente del paciente y su familia, que atiendan de inicio todo tipo de problema de salud de forma longitudinal. Se trata del “descremado sociológico” de la atención primaria. Se priva así a ésta de la mayor capacidad de influencia que tienen para hacer que mejoren las cosas los grupos sociales más formados, informados e influyentes. La atención primaria debe ser para todos o nunca será.
 
La atención primaria es, probablemente, el ámbito de nuestra sanidad donde más convenga mantener o incrementar los recursos, especialmente si se introducen en ella los cambios estructurales que anulen la dualización del sistema, reduzcan el “gradiente social en salud”, promuevan la proactividad necesaria y reduzcan la hiperactividad inadecuada. Sin la atención primaria, y especialmente sin los médicos de familia, es sencillamente imposible una regeneración de nuestra sanidad que reduzca sus bolsas de ineficiencia e irracionalidad y amplíe su deseabilidad social.
 
 
 
 
 

Píldora veraniega 1: Muface destaca en su gasto por receta frente al resto del mutualismo y SNS

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Los datos de gasto por receta de Muface proceden de la propia mutualidad (Memoria Muface 2014), al igual que los datos de Mugeju (Memoria Mugeju 2014) y de Isfas (Memoria Isfas 2014). El gasto por receta del SNS procede del Ministerio (Datos de Facturación de Receta de 2014). Ya se comentó en una entrada previa que el gasto por receta del Mutualismo Administrativo se había igualado a la del SNS durante los últimos años. Los datos de 2014 van en la línea de lo descrito en dicha entrada y muestran un despegue del gasto por receta en Muface que empieza destacar claramente sobre el resto del mutualismo y sobre el SNS. Única explicación posible: mayor precio medio de la receta de Muface frente al resto de subsistemas.

 
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