Esta entrada inicia la parte dedicada al estado de salud y sus determinantes. Se tratará el asunto del apoyo social percibido y del cuidado de enfermos que, en el fondo, son dos aspectos del apoyo social. Por un lado, el apoyo que uno piensa que tiene y, por otra, el apoyo que uno da. Los microdatos anonimizados de la EESE 2014 permiten describir ambos aspectos según la clase social y el tipo de aseguramiento.
LAS PREGUNTAS
La EESE 2014 indaga sobre el apoyo social mediante las preguntas 130, 131 y 132. Las preguntas sobre el cuidado a personas mayores o con dolencias crónicas son la 133, 134 y 135. Las preguntas 134 y 135 las contestan quienes declaran que cuidan a alguien (aquellos que responden la opción nº 1 a la pregunta 133).
Preguntas sobre apoyo social
Preguntas sobre cuidado de enfermos
RESULTADOS APOYO SOCIAL PERCIBIDO
COMENTARIO
Apoyo social
Dos de las tres preguntas muestran un gradiente decreciente del apoyo social conforme se desciende en la escala social. En caso de problema personal grave, los individuos de las clases sociales más altas refieren que podrían contar con el apoyo de más personas y, además, piensan que otras personas se interesan mucho por ellos en mayor medida que los individuos de las clases más bajas. Esas mismas dos preguntas muestran un ligero mayor apoyo social en el mutualismo y en quienes disponen de seguros privados de salud respecto de quienes tienen al SNS como único asegurador sanitario. Al parecer, la facilidad para obtener ayuda de los vecinos no se relaciona con la clase social ni con el tipo de aseguramiento.
Cuidado de enfermos
Conforme se desciende en la escala social se detecta un gradiente ligeramente decreciente en el porcentaje de individuos que declaran cuidar al menos una vez a la semana de una persona mayor o de alguien que tenga una dolencia crónica sin que ello forme parte de su trabajo. Los mutualistas y quienes disponen de seguros privados de salud declaran en mayor proporción este tipo de cuidados. En todos los casos, las personas cuidadas son mayoritariamente familiares de los encuestados sin diferencias por clase social ni por tipo de aseguramiento. Sin embargo, existe un claro e intenso gradiente creciente conforme se desciende en la escala social en las horas a la semana dedicadas a dicho cuidado en aquellos sujetos que declaran cuidar a alguien. Así, los individuos de la clase más baja que declaran cuidar a alguien dedican a ello un número de horas semanales que prácticamente duplica al declarado por los sujetos de la primera clase social. Con respecto al tipo de aseguramiento, el número de horas semanales dedicadas a este cuidado es sustancialmente mayor en los individuos que tienen al SNS como único asegurador sanitario que en los mutualistas y, sobre todo, que en los que tienen seguros de salud.
Dos de las tres preguntas muestran un gradiente decreciente del apoyo social conforme se desciende en la escala social. En caso de problema personal grave, los individuos de las clases sociales más altas refieren que podrían contar con el apoyo de más personas y, además, piensan que otras personas se interesan mucho por ellos en mayor medida que los individuos de las clases más bajas. Esas mismas dos preguntas muestran un ligero mayor apoyo social en el mutualismo y en quienes disponen de seguros privados de salud respecto de quienes tienen al SNS como único asegurador sanitario. Al parecer, la facilidad para obtener ayuda de los vecinos no se relaciona con la clase social ni con el tipo de aseguramiento.
Cuidado de enfermos
Conforme se desciende en la escala social se detecta un gradiente ligeramente decreciente en el porcentaje de individuos que declaran cuidar al menos una vez a la semana de una persona mayor o de alguien que tenga una dolencia crónica sin que ello forme parte de su trabajo. Los mutualistas y quienes disponen de seguros privados de salud declaran en mayor proporción este tipo de cuidados. En todos los casos, las personas cuidadas son mayoritariamente familiares de los encuestados sin diferencias por clase social ni por tipo de aseguramiento. Sin embargo, existe un claro e intenso gradiente creciente conforme se desciende en la escala social en las horas a la semana dedicadas a dicho cuidado en aquellos sujetos que declaran cuidar a alguien. Así, los individuos de la clase más baja que declaran cuidar a alguien dedican a ello un número de horas semanales que prácticamente duplica al declarado por los sujetos de la primera clase social. Con respecto al tipo de aseguramiento, el número de horas semanales dedicadas a este cuidado es sustancialmente mayor en los individuos que tienen al SNS como único asegurador sanitario que en los mutualistas y, sobre todo, que en los que tienen seguros de salud.